A
Ginny, le pareció imposible en un principio que todos pudiesen caber
en la nueva camioneta de su hermano. Pensaba que con el humor que se
gastaba Ron en ese momento iba a mandar a alguien a la parte de atrás
junto al equipaje, pero afortunadamente lograron "acomodarse".
-Por
cierto -dijo el ofuscado conductor-, los de ahí atrás, con eso de
tener que ir a recogeros se me ha pasado deciros que tenemos que
hacer una pequeña parada.
-Hay
que coger unas cosas y echar gasolina -explicó Harry.
-¿Y
por qué habéis tardado tanto en venir a buscarnos? Se supone que
todo eso lo tendríais que tener hecho -refunfuñó Draco.
-Porque
hemos tenido que venir desde la otra punta de la ciudad hasta la
estación, Malfoy -repuso Ron- ¡Intenta cruzar toda la ciudad con el
tráfico en el día de la "operación salida" de vacaciones
de casi toda la región!... ¡Ah! No, se me olvidaba, tus papis
también te han quitado las llaves del coche -dijo con sorna.
-¡Como
sigas, voy a hacer que te tragues el volante! -dijo Malfoy en un tono
muy amenazador echándose hacia delante.
-Cállate,
Malfoy -sentenció Harry sin darle importancia.
-Bueno,
calmaos -intervino Hermione con exasperación mirando hacia atrás
poniendo una mano en el brazo de Ron en señal de que se relajara-,
no empecéis. Y eso que sólo llevamos cinco minutos en el coche...
Tengamos el viaje en paz.
-Te
repito que ni Weasley ni nadie me da órdenes.
-Pues
será mejor para todos los presentes que te calles, Malfoy, incluso
para ti -dijo Harry de nuevo-. Hemos quedado en que por ahora hay
tregua.
El
chico rubio se volvió a echar para atrás en su asiento replicando
en voz baja.
El
ambiente fue tenso y extraño los siguientes quince minutos de viaje,
de vez en cuando Ron y Hermione hablaban en susurros en la parte
delantera para las indicaciones. Ron subió el volumen de la radio un
poco más para que el silencio no fuera tan incómodo. En la parte de
atrás, parecía que Draco se había tomado en serio su voto de
silencio, se limitó a ponerse sus gafas de sol y a cruzarse de
brazos sin cambiar su serio semblante. Tanto para él como para Ron
el viajar juntos era un duro y extraño golpe para su orgullo tras
años de rivalidad. A todos, a excepción de Luna al estar fuera de
su círculo de amistades y rivalidades, les había resultado extraño
el acuerdo al que había llegado Molly con la señora Malfoy. A parte
de que no había más remedio de viajar así si querían llegar todos
a tiempo al campamento, Ginny intuía que era para que ambos chicos
intentasen cambiar de aptitud y mejorar la enemistad entre ambas
familias desde que empezó la primera pelea en el instituto.
Para
la joven Weasley también estaba más que claro que su madre buscaba
que ella pudiese afianzar un poco más su relación fraternal con
Ron, al fin y al cabo, si lo pensaba a fondo, lo que Ron y Harry
tenían con Draco era una situación algo similar a la que Ginny
tenía con Ronald, de forma menos agresiva, pero era una situación
que les mantenía distantes. La chica lo admitía, pero pensaba que
no tendría mucha solución a esas alturas. Su madre y la señora
Malfoy supondrían que la persuasión maternal terminaría por
apaciguar los ánimos de todos, pero parecía que no terminaban de
ser conscientes del rencor y resentimiento que Draco y Ginny
guardaban hacia Ron y viceversa. Visto de otro modo, era como enviar
a sus hijos a una batalla asegurada.
El
silencio iba en aumento, Ginny lanzó un leve suspiro y empezó a
juguetear con sus gafas de sol. Durante el leve trayecto que
llevaban, todos esos pensamientos y la tensión acumulada daban
vueltas en la cabeza de la chica, pero no eran esos pensamientos los
que la preocupaban, sólo analizaba la situación y la "suerte"
que tenía con su hermano. Lo que ponía verdaderamente nerviosa a
Ginny era el hecho de tener a su izquierda al mejor amigo del menor
de sus hermanos varones, Harry James Potter.
Pensaba
que había superado esa fase de "embobamiento" hacía él,
y lo achacaba a que hacía tiempo que no lo veía ni sabía nada del
chico a pesar de estar en el mismo instituto, tan sólo se lo habría
cruzado un par de veces ese curso, un "Hola, ¿qué tal?" y
ya está. Recordaba la época en que su hermano empezó su primer año
de instituto, él empezó salir por las tardes con Harry y unos
cuantos amigos nuevos. Había formado una pequeña pandilla muy
rápido, los días de diario Ron siempre solía coger el autobús
hacia el centro, pero casi todos los sábados el joven Potter iba a
buscar a su amigo. En una ocasión le tocó a ella abrir la puerta y
fue la primera vez que le vio, el muchacho se presentó de manera
tímida pero muy amistosa y Ginny recordaba que le dio algo de
vergüenza porque la pilló en pijama. Colorada, se presentó también
e intentó entablar algo de conversación con el muchacho, pero los
nervios no la dejaron. Recordaba que se tapaba disimuladamente el
estampado del pijama con la bata y los pocos minutos que hablaron no
duraron mucho porque enseguida bajó Ron y ambos muchachos se
despidieron de ella. La segunda vez que se vieron fue en el primer
día de instituto de la chica, esa mañana fue acompañada de Ron,
Fred y George, y en la entrada del instituto se encontraron con
Harry, quien le deseó suerte en su primer día. Después de eso
Harry fue a visitar a la familia Weasley con más frecuencia, se
había quedado un par de veces a dormir y en verano casi siempre se
quedaba a comer y a pasar las largas tardes, pero aun así, Ginny no
hablaba mucho rato a solas con él. Siempre que el muchacho iba a
casa ella pasaba un rato con los chicos y el resto de sus hermanos
pero sentía que no era capaz de desenvolverse cómodamente tal y
como ella se solía comportar, notaba que no mostraba todo su
carácter y eso a Ginny no le gustaba, pero en ocasiones no podía
controlarlo, sólo le pasaba con Harry. No sabía si calificarle o no
como un amigo, puesto que, tras todo ese tiempo, lo único importante
que sabía de él era que sus padres murieron cuando él era pequeño
en un accidente de coche y que fue criado por su padrino y que vivía
con él por el centro. No había tenido con él charlas relativamente
largas o importantes para ella. Llegó un tiempo en el que Ginny
también empezó a salir más de casa con gente del instituto y de
sus redes sociales y Ron y ella fueron cada vez por caminos similares
pero cada vez más distantes el uno del otro, ella tenía unas
actividades y él otras, ya no pasaban tiempo juntos, ni siquiera
para regresar a casa después del instituto. Todo lo que le hacía
distanciarse de Ron también la distanciaba del joven Potter, famoso
en el instituto por una peculiar cicatriz. Además, si lo pensaba, le
daba la impresión de que para Harry ella era invisible en muchos
aspectos. Poco a poco, Ginny fue consiguiendo que su mente no se
convirtiese en un mar embravecido cada vez que pensaba en él,
intentó limitarse a considerarle simplemente un amigo de la familia.
Claro que, para ella Harry Potter no era el único chico que había
llamado su atención, salió con un par de chicos en sus últimos
cursos, no pasaba desapercibida y era positivamente aceptada. Aunque
Ginny nunca quiso aprovecharse de la poca popularidad que empezó a
obtener, siempre le dieron igual los estatus sociales, tanto fuera
como dentro del instituto, e intentaba juntarse con todos los grupos
sin discriminar a nadie, lo que hizo que su nivel de popularidad
entre "la gente guapa" del instituto descendiera. Después
de alguna relación, hacía poco que definitivamente sabía que no
podía aspirar a nada más con Harry al descubrir que se había
echado novia cuando este cursaba su quinto curso y ya sólo le
quedaba un año de instituto, así que, le vería con menos
frecuencia todavía.
Prefirió
evitar de nuevo todos esos pensamientos, no le ayudarían a
relajarse, y llegó a la conclusión de que, ya que viajaba a su
lado, esa vez intentaría perder esa timidez que no solía
caracterizarla y entablaría más conversación con Harry. De esa
manera también podría distraerse un poco durante el viaje, que daba
la impresión de que iba a ser más largo de lo que pensó en un
principio.
Ginny
miró de reojo a cada lado; a su derecha Luna miraba el paisaje
apoyando el codo en el reposabrazos de la puerta sujetándose la
cabeza, a su lado Draco seguía estático y serio. Miró a su
izquierda y observó que Harry estaba mirando su móvil.
Consultó
su reloj, ya habían pasado veinte minutos desde que se pusieron en
marcha, y se preguntaba a si tendrían que ir a alguna gasolinera en
concreto.
De
repente Ron rompió el silencio:
-Harry,
¿sigue Sirius en el taller?
-Sí,
hoy decía que iba a tener bastante trabajo.
-¿Crees
que si se lo vuelves a pedir por enésima vez nos deje llevárnosla?
-preguntó el pelirrojo algo vacilante.
-Bueno,
por intentarlo una vez más -respondió el otro encogiéndose de
hombros-, de todas formas íbamos a necesitar el remolque y nos iba a
sobrar sitio.
-¿Ya
estáis otra vez con lo de la moto? -preguntó Hermione arqueando una
ceja.
-¿Moto?
-preguntó esa vez Ginny.
-Mi
tío Sirius, con el que vivo, tiene un taller, ya lo sabrás, ¿no?-le
informó Harry guardando su móvil en el bolsillo mientras la chica
asentía-. Vamos a ir allí a por lo que falta para salir de viaje y
de paso volveremos a preguntarle si nos presta su antigua
motocicleta.
-Ah,
sí, recuerdo que me comentaste lo del taller de tu tío -dijo la
pelirroja asintiendo de nuevo.
-Bueno,
en realidad es mi padrino, pero le llamo de ambas formas.
-Es
más tío mío que suyo -comentó Draco indiferente por lo bajo
recalcando la ironía.
-¿Cómo?
-preguntó Ginny alzando las cejas mirando a Malfoy con incredulidad.
-Lo
que oyes, pelirroja -dijo el rubio con tranquilidad quitándose las
gafas de sol.
-Sí,
es sobrino segundo de Sirius -dijo esta vez Harry, a Ginny le dio la
impresión de que el chico tenía cara de decir que no se alegraba de
sus conexiones de familia aunque no fueran sanguíneas. Draco parecía
tener la misma expresión-. Su madre y mi padrino son primos y no se
llevan bien desde hace años.
-Vaya
-musitó Ginny-, de lo que se llega a enterar una.
-Para
que veas -dijeron Harry y Draco al unísono. Tras eso se miraron casi
con asco.
Ahora
Ginny entendía parte de la rivalidad que los chicos tenían.
-Volviendo
a lo de la moto -intervino Hermione, ya que intuía que con el tema
del parentesco iba a haber más tensión y quería dar su opinión
acerca de la motocicleta-, Harry, no creo que convenzáis a Sirius.
Le tiene demasiado apego a su moto, sabes de sobra que si algo le
pasara le daría algo.
-Bueno,
ya me la ha dejado a veces para ir por la ciudad...
-Pero
es diferente, yo solo os digo que andéis con ojo.
-No
seas aguafiestas, y relájate Hermione -dijo Ron en tono cansino.
-Pretenden
pasarse las tardes dando vueltas con la moto alrededor de la casa
rural -le explicaba Hermione a Ginny ladeándose un poco para
mirarla-. Como si no hubiese más cosas que hacer en un sitio lleno
de tanta naturaleza.
Ginny
se preguntaba que desde cuándo sabía su hermano montar en moto.
Suponía que le habría enseñado el tío de Harry.
Al
cabo de un rato, aparcaron enfrente de un ancho edificio de dos
plantas con dos cocheras a la izquierda de una amplia entrada. Estaba
al lado de una gasolinera. En la fachada había un letrero blanco con
letras en relieve negro y azul que ponía The Crazy Motor. Había
una pila de neumáticos en una esquina de la derecha según se
entraba. Parecía que había mucho movimiento en el interior y se
escuchaba una radio y un ruido amortiguado en las cocheras.
-Ahora
venimos -dijo Ron desabrochándose el cinturón.
Salió
de la camioneta acompañado de Harry para dirigirse a por el remolque
en el interior de una de las dos cocheras.
-Yo
mientras voy a ir a comprar a la gasolinera -informó Hermione-.
¿Alguien quiere acompañarme o que le traiga algo?
Draco
se limitó a mirarla como si fuese un bicho raro, acto al que la
chica de pelo castaño dio poca importancia ya que la pregunta no iba
dirigida a él, pero generalizó por educación.
-Creo
que saldré contigo a buscar algo -dijo Ginny-. ¿Vienes, Luna?
-quiso interactuar un poco con la chica, ya que llevaba mucho tiempo
ausente.
-Está
bien -respondió la aludida despegándose por primera vez de la
ventanilla. Abrió su puerta y al salir observó que el chico no se
movió- ¿Tú no vienes, Draco?
-Tan
sólo Malfoy para ti. Y no, yo me quedo aquí -le respondió
malhumorado arrastrando las palabras y cruzándose de brazos.
-Como
quieras, "tan sólo Malfoy" -dijo Luna encogiéndose de
hombros y cerrando la puerta. El joven la miró extrañado pero no
dijo nada y se limitó a entornar los ojos como signo de
exasperación.
Ginny
y Hermione se miraron un momento y rieron disimuladamente por lo bajo
debido al remate de Luna. La Weasley salió por la puerta de su
izquierda donde estaba antes Harry y junto a Luna empezó a seguir a
Hermione.
-El
padrino de Harry también lleva la gasolinera -les informó Granger.
Al
entrar Luna se dispersó un poco hacia la sección de prensa y
revistas y Hermione y Ginny fueron a buscar algo que picar para el
camino.
-No
le hagas caso a tu hermano sobre lo de comer en el coche -dijo
Hermione observando los estantes-, luego es el que más picotea.
-Lo
sé, es un tragón, creo que en vez de estómago tiene un agujero sin
fondo.
-Es
cierto que a veces parece que no se harta -siguió la joven entre
risas.
-Sabes
-dijo Ginny pensativa-, ahora sí que recuerdo haberte visto varias
veces en el recreo con el grupo de mi hermano. Además, el primer año
en que entré al instituto estuve unos días saliendo al patio con
Ron y recuerdo que tú nos acompañabas a veces con Harry y otras
veces estabas sola -explicó mirando a Hermione detenidamente,
pensaba que la chica había cambiado mucho físicamente-. Mi hermano
ha hablado de ti algunas veces en casa. Lo que pasa es que nunca
conseguía quedarme con tu nombre.
-Entiendo
que te hagas un lío, mucha gente me dice que les cuesta memorizarlo
-dijo entre risas, se encogió de hombros.
-Espera...
-Ginny abrió mucho los ojos cayendo en la cuenta- ¡tú eras la
amiga que trajo a La Madriguera el verano pasado, ¿no?!
-Sí,
Harry y yo pasamos una semana en tu casa pero tú te fuiste de
vacaciones, ¿recuerdas? No coincidimos esos días.
-Claro...
-musitó recordando que su destino vacacional el verano pasado fue el
aburrido campamento.
-Y
bueno, yo la mayoría del tiempo suelo pasar mis ratos libres en la
biblioteca o en zonas apartadas del patio con Harry y Ron, así que,
tampoco es extraño que no nos crucemos mucho.
-También
me sonabas porque sales en el cuadro de honor de Hogwarts entre los
alumnos con mejores notas.
-Vaya,
te has fijado -dijo Hermione mostrando una media sonrisa.
Ginny
observó que la chica cogía dos bolsas de aperitivos del estante. Se
había fijado en que, de entre todo lo que había cogido, en el lote
de bolsitas había una con sus dulces preferidos, era una azul con
caramelos de varios colores en forma de habichuela, y de repente
recordó que a Ron también le gustaban mucho y que de pequeños él
siempre le compraba una bolsa al salir juntos del colegio.
-Podría
decirse entonces, que eres muy íntima de mi hermano. No suele hablar
mucho de sus amistades en casa y cuando lo hace es porque son amigos
cercanos.
-Bueno,
sí. Harry y él son mis mejores amigos desde que empecé el
instituto. Nos cuidamos mutuamente -dijo sonrojándose un poco.
Ginny
notó el leve cambio. ¿Estaría sonrojándose por Harry, por Ron, o
quizá por los dos? De repente creyó sospechar que había signos de
que pudiese ser por Harry porque también pasaban mucho tiempo
juntos. Pero recordó que en esos momentos él estaba saliendo con
otra chica un poco mayor que él llamada Cho Chang. La verdad es que
no estaba segura de sí seguían juntos, pero era la única con la
que le había visto en plan cariñoso, por así decirlo, ese fue uno
de los motivos por los que Ginny tuvo que desistir a aspirar a algo
más con él y sacarle de su cabeza. Sin embargo, no descartaba que
Hermione se sonrojase por él, no tenía nada que ver el hecho de que
Harry tuviese novia ya que eran muy amigos, una cosa no quitaba la
otra.
-Salías
con ellos por las tardes cuando empezasteis el instituto, ¿no?
-Al
principio no -respondió Hermione-. No conecté bien con tu hermano
los primeros meses -dijo arqueando una ceja, eso a Ginny no le
extrañó-. Luego los tres nos fuimos conociendo. Y aun así, ya
sabrás que Ron a veces es muy suyo, así que, tardé en unirme a su
pandilla de por las tardes. Diría que empecé a salir con ellos
cuando estábamos en tercer curso, sí, a partir de ahí. Además
entre chicos hay otra honda distinta cuando están todos juntos...
-Entiendo.
Vaya, pues sí que me ha costado recordarte, llevo todo el rato desde
que salimos pensando en que tu cara me sonaba y me sonaba, pero no
lograba "ubicarte" -no se solía olvidar de las cosas, solo
de lo que a Ron respectaba.
-Tranquila,
es comprensible... -parecía que quería decir algo más pero no se
decidía- Esto... he notado que tu relación con Ron es algo tensa,
no habla mucho de ti. De todos sus hermanos podría decir que eres a
quien menos menciona, y cuando lo hace, bueno, tengo entendido que
discutís mucho... -la chica se notaba incómoda- No quisiera meterme
en donde no me llaman, pero como esta es la conversación más larga
que hemos tenido nunca... y se puede decir que nos estamos conociendo
y que yo, más o menos, me conozco las andanzas de Ronald... pues, no
sé, lo he notado.
-No
me sorprende, Ron tampoco tendría mucho de lo que hablar sobre mí...
-respondió Ginny bajando la mirada indiferente cogiendo una bolsa
pequeña de patatas fritas.
-¿Qué
tal te está yendo todo, aparte de lo del campamento? Intuyo que no
fue el primer destino en el que pensaste para ir a veranear... -
Granger intentaba cambiar de tema con naturalidad.
-Bueno,
aparte del campamento, no me quejo... -Ginny tampoco quería que la
chica pensara que le había molestado el tema de Ron así que animó
su tono de voz- En realidad suelo sacar buenas notas, pero a mis
padres se les ha metido esto en la cabeza -dijo eso último
frunciendo un poco el entrecejo pensando que a quien le vendría
mejor ir era a Ron para que espabilase.
Hermione
intentó animarla y darle otro tema de conversación. Al cabo de un
rato iban hacia la caja hablando de los aperitivos y las bebidas que
habían elegido, buscaron a Luna con la mirada y la encontraron
apoyada en un mostrador hojeando una revista. Ginny fue a avisarla de
que iban a pagar.
-¿Luna,
ya has cogido algo? -le preguntó mirando las revistas de la
estantería que estaba al lado del mostrador donde se apoyaba la
muchacha rubia.
-Oh,
sí -dijo la chica de voz calmada levantando la vista de un comic
hacia su compañera de viaje-. Cuando queráis podemos irnos.
-¿Has
cogido algo para comer? El viaje se nos hará largo -advirtió Ginny
fijándose en la revista que Luna sostenía pensando en que le era
familiar.
-Ya
tenía preparado un almuerzo en la mochila, pero sí, he cogido algo
más.
-¿Qué
estabas leyendo? -preguntó la chica Weasley intrigada.
-El
nuevo número de un comic de superhéroes -respondió casi
indiferente, pensando que a Ginny no le interesaría y dejaría de
hacerle preguntas. Cerró el comic y lo añadió a los artículos que
iba a adquirir y que había reunido en una pequeña cesta.
Ginny
volvió a pasear la mirada por la estantería con atención.
-¿Es
el nuevo de The Warriors? -preguntó empezando a rebuscar entre
diversos ejemplares de diferentes revistas.
-Sí...
Ya van por el nº 25 -contestó Luna.
-Lo
sé, me he quedado en el nº 23 con ese molesto "continuará".
Estaba ahorrando para el siguiente.
-A
mí me ha enganchado bastante.
-Y
a mí. Hace poco que lo he añadido a mi lista de favoritos, y eso
que no soy mucho de leer sobre superhéroes -sonrió al encontrar el
número que buscaba-. No sabía que te gustasen los comics -dijo
mirándola de reojo aún sonriente.
Luna
mostró una mirada analítica y con una media sonrisa dijo:
-Ni
yo que te gustasen a ti. Resulta extrañamente emocionante descubrir
que alguien de mi clase comparte ese tipo de hobbies.
-Es
cierto, en clase no hay aficionados a los comics, pero por el
instituto yo conozco a gente muy enganchada... Pero no pensaba que tú
también lo fueses. Las veces que hemos hablado y nos hemos sentado
juntas siempre te he visto con el mismo tipo de revistas científicas
y de naturaleza... Bueno, me dijeron que...
-Que
estoy obsesionada en la búsqueda y estudios de platillos volantes,
¿verdad?
-Sí...
-dijo Ginny desviando la mirada hacia otro lado un instante. Luna no
parecía ofendida.
-Yo
no lo llamaría "obsesión", simplemente es que no me gusta
cerrarme puertas ni posibilidades. Es posible que no estemos solos,
es más, no me extrañaría que nos estuviesen observando -dijo con
seriedad y total convencimiento-. Hay historias que, a mi parecer, se
sostienen y otras que no -dijo encogiéndose de hombros-. La verdad
está ahí fuera.
La
joven Weasley se la quedó mirando. No estaba segura de si ese rumor
era cierto hasta ese momento. Su compañera de viaje le resultaba
inquietante pero divertida. Nunca había tenido una extensa
conversación con ella, era peculiar, y en ese momento pensó que no
era bueno dejarse llevar por las apariencias. Tenía horas de viaje
para conocerla un poco más. Le caía bien, y al descubrir su gusto
por el arte del comic empezaba a caerle un poco mejor.
La
joven Lovegood se quedó mirando a Ginny un momento mostrando una
pequeña media sonrisa y después dijo:
-Noto
por tu expresión que te escandalizas o te dejas llevar por el
escepticismo como a la mayoría de los que les hablo del tema...
-¡No!
Bueno -dijo encogiéndose de hombros y sonriéndole levemente-, no me
escandalizo. Estoy de acuerdo en eso de que no es bueno el cerrarse
puertas. No me malinterpretes. Cada uno tiene sus hobbies y
creencias. Y tienes todo tu derecho a expresarte. A quien no le guste
o se escandalice, pues que se aguante.
-La
verdad está ahí fuera -repitió la joven Lovegood haciendo reír a
Ginny por el énfasis que esta vez le dio a la frase y asintió.
-Será
mejor que vayamos a pagar y nos demos prisa. ¿Vas a llevarte el
comic?
-Sí,
¿y tú el 23?
-Por
supuesto. Pensé que no lo vendían en sitios como las gasolineras.
Yo siempre iba al centro comercial o al quiosco de enfrente del
instituto...
-Es
que esta gasolinera, si te fijas, tiene parte de quiosco.
-Oh,
es verdad. La verdad es que el tío de Harry ha pensado en todo a la
hora de adquirir la franquicia y su taller...
Se
reunieron con Hermione en la caja y al salir observaron que Harry y
Ron estaban uniendo un remolque a la parte de atrás de la camioneta
con ayuda de su padrino, Sirius.
-Al
final se han salido con la suya -dijo Hermione soltando un bufido-.
Se llevan la dichosa moto.
-¿No
te gustan las motos, Hermione? -preguntó Luna.
-No
terminan de darme buena espina... -dijo frunciendo levemente el
ceño-. Lo he probado, y no es uno de mis pasatiempos preferidos.
Harry me ha dado unas vueltas por alrededor de estas calles, pero no
lo veo divertido como a ellos. Sé que en cuanto nos reunamos con los
demás en la casa rural no van a hacer otra cosa...
-¿Es
que vais con más gente? -preguntó Ginny.
-Sí,
los primeros dos días estaremos los tres solos, pero luego nos
reuniremos con unos amigos del instituto. Un grupo más o menos
grande, chicos y chicas.
Al
aproximarse las tres muchachas a la parte de atrás de la camioneta,
Ginny empezó a observar a Sirius Black disimuladamente; era un
hombre ya algo entrado en años pero muy apuesto, con una abundante y
ondulada melena negra azulada hasta los hombros y barba estilo
candado. Parecía fuerte a pesar de ser delgado y era bastante alto.
Llevaba un mono azul oscuro y unos guantes gruesos para trabajar.
-Hola,
Sirius -saludó Hermione efusivamente.
-¡Hermione!
¿Qué tal? ¿Preparada para el viaje?
-Sí,
más que preparada. Y algo cansada, pero con energía, ya sabes que
para estas cosas madrugo mucho.
-Mal
hecho, los que conducen son ellos, son los que tienen que estar más
frescos. Te tienen que tratar como a una reina.
-Y
lo hacemos -replicó Ron-, pero cuando coge un mapa y una de sus
listas o esquemas y se convierte en sargento.
-Es
que si no os organizo, aquí al final no hacemos nada -contestó la
aludida frunciendo el ceño levemente.
-Bueno,
no todo es organización -dijo Sirius-, vais a divertiros, pero eso
sí, hay que ir con cabeza. Suerte que está ella -les dijo a los
chicos-. A ver, el remolque ya está. Harry, ayúdame a cubrirlo.
Entre
el mecánico y su ahijado aseguraron dos maletas grandes en el
remolque y cubrieron la moto con una enorme y gruesa manta. Las
chicas habían guardado la compra en la parte de atrás y estaban
esperando a que terminasen.
-Gracias
por prestarnos la moto, Sirius, de verdad -dijo Ron de nuevo muy
contento acomodando mejor la parte de atrás de la camioneta.
-No
hay de qué. Esto es una prueba de vuestra responsabilidad, así que,
ya sabéis, cuidadla con vuestra vida. Como si fuera un tesoro, un
hermano, ¡un hijo!...
Ginny
en ese momento pensó que como Ron tuviera que encargarse de la moto,
Sirius le demandaría a la vuelta del viaje por los daños causados a
un vehículo tan importante.
-Por
cierto -dijo Harry-, hablando de hermanos, esta es Ginny, la hermana
pequeña de Ron.
-Ah,
la benjamina de los Weasley. Hola, Sirius Black -dijo el apuesto
mecánico acercándose a ella-, encantado.
-Igualmente
-dijo ella sonriéndole.
-Tu
padre habla mucho de ti, eres como su joya de la corona.
-Bueno,
el ser la única chica es lo que tiene. No sabía que conociese a mi
padre.
-Claro,
nos conocimos en el instituto. Además, ¿quién crees que pone a
punto su Ford Anglia? -dijo riendo- A veces se deja caer por aquí a
hacernos una visita. Ya me han contado Harry y Ron el percance que
habéis tenido tus compañeros y tú con unos autobuses -dijo
dirigiendo una mirada a Luna-. Mi sobrino no debe de estar nada
contento -dijo mostrando una media sonrisa casi burlona recordando a
Draco-. En fin...
-Te
aseguro que no -dijo Harry.
-Raro
comportamiento el de mi prima. A todo esto, ¿dónde está el
heredero de los Malfoy?
-Es
verdad -dijo Hermione extrañada-, si no estaba dentro cuando hemos
metido la compra. ¿Dónde se ha metido?
-¡Bah!
Que se pire. Le dejamos en tierra -dijo Ron sujetando otra extensa
manta. Harry cogió otro extremo y mirando a su amigo con una leve
mueca de aprobación por su sugerencia.
-Por
ahí viene -dijo Ginny observando la acera de enfrente, Draco iba a
empezar a cruzar la carretera. El muchacho había salido de una
esquina en la que había varias tiendas, llevaba su mochila a la
espalda y caminaba con aire despreocupado fumándose un cigarrillo.
Sirius
aprovechó para terminar de ayudar a Harry y a Ron.
-Por
cierto -les dijo- ¿Tendréis a mano las señas y el teléfono de los
padres de ese amigo vuestro que os ha prestado la casa?
-Hermione
lo tiene todo apuntado en su súper-agenda -dijo Ron despreocupado.
-Bien,
¿cómo dijisteis que se llamaban?
-Nos
la ha prestado los padres de Seamus Finnigan, un chaval de nuestra
clase -le informó Harry.
-Ah,
ya. Finnigan.
De
repente, al oír el nombre del amigo del trio de jóvenes, a Ginny le
vino de inmediato a la cabeza otra persona. Si Finnigan les había
prestado la casa, lo más probable era que el mejor amigo del
muchacho, Dean Thomas, les acompañara en sus vacaciones. Y ella
conocía muy bien a Dean, ese curso había estado con él mes y medio
sin que nadie lo supiese. Todo ese tiempo, ambos calificaron su
relación como un "periodo de prueba", antes del cual
habían empezado a chatear durante un tiempo, y a medida que pasaban
los días aumentaba el morbo y el tono de las charlas hasta el punto
de empezar a encontrarse varias veces en el cuarto de baño de chicas
que estaba en desuso del instituto durante algunos recreos. Para el
resto de los alumnos, los pocos conocidos que los habían visto
juntos, incluyendo a los tres hermanos menores de la joven Weasley,
eran amigos. Tras ese mes y medio, cuando parecía que la cosa
marchaba bien, Ginny se sintió algo asfixiada con Thomas, era
demasiado protector, ya que la chica era de un espíritu más
independiente. Al final no estuvo tan a gusto como esperaba, sentía
unas ataduras y un control demasiado fuertes sin ni siquiera ser
pareja en serio, por eso, antes de hacerle más daño a él y así
misma y de que la relación fuese a más y la diesen a conocer ante
sus amigos, decidió poner punto y final. El chico dejó de hablarla
hasta casi a final de curso, empezó a hablar de nuevo con ella en
público y por chat de manera normal y amistosa, pero les costó. A
Ginny le resultaba curioso saber que los dos chicos que más le
habían gustado se fuesen a reunir en la misma casa. Sabía que Dean
era amigo de Harry y Ron y que solían quedar, pero ni Thomas ni ella
estaban por la labor de comentarles nada del corto noviazgo que
tuvieron. A veces se preguntaba a sí misma si en realidad se llegó
a enamorar de Dean o que le escogió por su conexión con Harry, a
quien todavía le costaba olvidar. Ella sintió cosas y tuvo buenas
experiencias con Dean pero nunca llegó hasta el final con él, y
pensaba que eso debía ser por algo importante. La pelirroja salió
de sus pensamientos al oír una voz detrás de ella:
-¿Ya
habéis acabado? -preguntó Malfoy en su típico tono.
-Sí,
y hubiésemos acabado antes si hubieras estado aquí ayudando -dijo
Ron de mala gana-. Encima que hago el esfuerzo de llevarte.
-Nadie
me pidió ayuda y yo no te pedí que me llevaras -contestó de la
misma manera que el pelirrojo.
-Bueno
-intervino Sirius en un tono animado e indiferente para quitarle
hierro a la discusión como si no oyese nada-, veo que ya sí que lo
tenéis todo a punto.
-Id
subiendo -dijo Harry.
-Espero
que tengáis un buen viaje -dijo Sirius de nuevo dirigiéndose a
todos lanzando una mirada en forma de saludo hacia Draco, quien apuró
el cigarro, lo tiró y abrió una de las puertas de atrás mirando a
su tío de reojo.
-Ha
sido un placer -le dijo Ginny a Sirius.
-Lo
mismo digo. Pasad un buen verano Ginny y... -dijo señalando a
Lovegood.
-Luna
-dijo la rubia con una media sonrisa.
-Luna.
Bien, ya sabéis, id con cuidado, parece que va a llover y puede que
sea una tormenta fuerte de verano. Turnaos un poco para conducir, ¿de
acuerdo, Ron?
-Sí
-contesto este casi absorto resintonizando la radio.
Los
jóvenes fueron entrando como al principio en el coche, solo que esa
vez Draco se hallaba en el asiento de la ventanilla de detrás del
conductor y Luna en medio entre Ginny y él. Harry, Ron y Hermione se
quedaron un momento fuera despidiéndose de Sirius y luego
reemprendieron su viaje.
Al
ponerse en marcha y girar para introducirse en el tráfico, Ginny
pudo observar desde la ventana de su izquierda a Sirius viéndoles
marchar, apoyado en un cartel de la entrada en el que aparecía un
perro negro de pie sobre sus patas traseras, vestido con un mono
azul, con una llave inglesa en una de sus patas delanteras y un coche
con el capó abierto echando humo.
El
silencio empezaba a reinar de nuevo en el coche.


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