28 octubre 2019



3

A ECHAR GASOLINA



        A Ginny, le pareció imposible en un principio que todos pudiesen caber en la nueva camioneta de su hermano. Pensaba que con el humor que se gastaba Ron en ese momento iba a mandar a alguien a la parte de atrás junto al equipaje, pero afortunadamente lograron "acomodarse".

-Por cierto -dijo el ofuscado conductor-, los de ahí atrás, con eso de tener que ir a recogeros se me ha pasado deciros que tenemos que hacer una pequeña parada.
-Hay que coger unas cosas y echar gasolina -explicó Harry.
-¿Y por qué habéis tardado tanto en venir a buscarnos? Se supone que todo eso lo tendríais que tener hecho -refunfuñó Draco.
-Porque hemos tenido que venir desde la otra punta de la ciudad hasta la estación, Malfoy -repuso Ron- ¡Intenta cruzar toda la ciudad con el tráfico en el día de la "operación salida" de vacaciones de casi toda la región!... ¡Ah! No, se me olvidaba, tus papis también te han quitado las llaves del coche -dijo con sorna.
-¡Como sigas, voy a hacer que te tragues el volante! -dijo Malfoy en un tono muy amenazador echándose hacia delante.
-Cállate, Malfoy -sentenció Harry sin darle importancia.
-Bueno, calmaos -intervino Hermione con exasperación mirando hacia atrás poniendo una mano en el brazo de Ron en señal de que se relajara-, no empecéis. Y eso que sólo llevamos cinco minutos en el coche... Tengamos el viaje en paz.
-Te repito que ni Weasley ni nadie me da órdenes.
-Pues será mejor para todos los presentes que te calles, Malfoy, incluso para ti -dijo Harry de nuevo-. Hemos quedado en que por ahora hay tregua.
El chico rubio se volvió a echar para atrás en su asiento replicando en voz baja.
           El ambiente fue tenso y extraño los siguientes quince minutos de viaje, de vez en cuando Ron y Hermione hablaban en susurros en la parte delantera para las indicaciones. Ron subió el volumen de la radio un poco más para que el silencio no fuera tan incómodo. En la parte de atrás, parecía que Draco se había tomado en serio su voto de silencio, se limitó a ponerse sus gafas de sol y a cruzarse de brazos sin cambiar su serio semblante. Tanto para él como para Ron el viajar juntos era un duro y extraño golpe para su orgullo tras años de rivalidad. A todos, a excepción de Luna al estar fuera de su círculo de amistades y rivalidades, les había resultado extraño el acuerdo al que había llegado Molly con la señora Malfoy. A parte de que no había más remedio de viajar así si querían llegar todos a tiempo al campamento, Ginny intuía que era para que ambos chicos intentasen cambiar de aptitud y mejorar la enemistad entre ambas familias desde que empezó la primera pelea en el instituto.
       Para la joven Weasley también estaba más que claro que su madre buscaba que ella pudiese afianzar un poco más su relación fraternal con Ron, al fin y al cabo, si lo pensaba a fondo, lo que Ron y Harry tenían con Draco era una situación algo similar a la que Ginny tenía con Ronald, de forma menos agresiva, pero era una situación que les mantenía distantes. La chica lo admitía, pero pensaba que no tendría mucha solución a esas alturas. Su madre y la señora Malfoy supondrían que la persuasión maternal terminaría por apaciguar los ánimos de todos, pero parecía que no terminaban de ser conscientes del rencor y resentimiento que Draco y Ginny guardaban hacia Ron y viceversa. Visto de otro modo, era como enviar a sus hijos a una batalla asegurada.
         El silencio iba en aumento, Ginny lanzó un leve suspiro y empezó a juguetear con sus gafas de sol. Durante el leve trayecto que llevaban, todos esos pensamientos y la tensión acumulada daban vueltas en la cabeza de la chica, pero no eran esos pensamientos los que la preocupaban, sólo analizaba la situación y la "suerte" que tenía con su hermano. Lo que ponía verdaderamente nerviosa a Ginny era el hecho de tener a su izquierda al mejor amigo del menor de sus hermanos varones, Harry James Potter.
        Pensaba que había superado esa fase de "embobamiento" hacía él, y lo achacaba a que hacía tiempo que no lo veía ni sabía nada del chico a pesar de estar en el mismo instituto, tan sólo se lo habría cruzado un par de veces ese curso, un "Hola, ¿qué tal?" y ya está. Recordaba la época en que su hermano empezó su primer año de instituto, él empezó salir por las tardes con Harry y unos cuantos amigos nuevos. Había formado una pequeña pandilla muy rápido, los días de diario Ron siempre solía coger el autobús hacia el centro, pero casi todos los sábados el joven Potter iba a buscar a su amigo. En una ocasión le tocó a ella abrir la puerta y fue la primera vez que le vio, el muchacho se presentó de manera tímida pero muy amistosa y Ginny recordaba que le dio algo de vergüenza porque la pilló en pijama. Colorada, se presentó también e intentó entablar algo de conversación con el muchacho, pero los nervios no la dejaron. Recordaba que se tapaba disimuladamente el estampado del pijama con la bata y los pocos minutos que hablaron no duraron mucho porque enseguida bajó Ron y ambos muchachos se despidieron de ella. La segunda vez que se vieron fue en el primer día de instituto de la chica, esa mañana fue acompañada de Ron, Fred y George, y en la entrada del instituto se encontraron con Harry, quien le deseó suerte en su primer día. Después de eso Harry fue a visitar a la familia Weasley con más frecuencia, se había quedado un par de veces a dormir y en verano casi siempre se quedaba a comer y a pasar las largas tardes, pero aun así, Ginny no hablaba mucho rato a solas con él. Siempre que el muchacho iba a casa ella pasaba un rato con los chicos y el resto de sus hermanos pero sentía que no era capaz de desenvolverse cómodamente tal y como ella se solía comportar, notaba que no mostraba todo su carácter y eso a Ginny no le gustaba, pero en ocasiones no podía controlarlo, sólo le pasaba con Harry. No sabía si calificarle o no como un amigo, puesto que, tras todo ese tiempo, lo único importante que sabía de él era que sus padres murieron cuando él era pequeño en un accidente de coche y que fue criado por su padrino y que vivía con él por el centro. No había tenido con él charlas relativamente largas o importantes para ella. Llegó un tiempo en el que Ginny también empezó a salir más de casa con gente del instituto y de sus redes sociales y Ron y ella fueron cada vez por caminos similares pero cada vez más distantes el uno del otro, ella tenía unas actividades y él otras, ya no pasaban tiempo juntos, ni siquiera para regresar a casa después del instituto. Todo lo que le hacía distanciarse de Ron también la distanciaba del joven Potter, famoso en el instituto por una peculiar cicatriz. Además, si lo pensaba, le daba la impresión de que para Harry ella era invisible en muchos aspectos. Poco a poco, Ginny fue consiguiendo que su mente no se convirtiese en un mar embravecido cada vez que pensaba en él, intentó limitarse a considerarle simplemente un amigo de la familia. Claro que, para ella Harry Potter no era el único chico que había llamado su atención, salió con un par de chicos en sus últimos cursos, no pasaba desapercibida y era positivamente aceptada. Aunque Ginny nunca quiso aprovecharse de la poca popularidad que empezó a obtener, siempre le dieron igual los estatus sociales, tanto fuera como dentro del instituto, e intentaba juntarse con todos los grupos sin discriminar a nadie, lo que hizo que su nivel de popularidad entre "la gente guapa" del instituto descendiera. Después de alguna relación, hacía poco que definitivamente sabía que no podía aspirar a nada más con Harry al descubrir que se había echado novia cuando este cursaba su quinto curso y ya sólo le quedaba un año de instituto, así que, le vería con menos frecuencia todavía.
       Prefirió evitar de nuevo todos esos pensamientos, no le ayudarían a relajarse, y llegó a la conclusión de que, ya que viajaba a su lado, esa vez intentaría perder esa timidez que no solía caracterizarla y entablaría más conversación con Harry. De esa manera también podría distraerse un poco durante el viaje, que daba la impresión de que iba a ser más largo de lo que pensó en un principio.
        Ginny miró de reojo a cada lado; a su derecha Luna miraba el paisaje apoyando el codo en el reposabrazos de la puerta sujetándose la cabeza, a su lado Draco seguía estático y serio. Miró a su izquierda y observó que Harry estaba mirando su móvil.
      Consultó su reloj, ya habían pasado veinte minutos desde que se pusieron en marcha, y se preguntaba a si tendrían que ir a alguna gasolinera en concreto.
De repente Ron rompió el silencio:
-Harry, ¿sigue Sirius en el taller?
-Sí, hoy decía que iba a tener bastante trabajo.
-¿Crees que si se lo vuelves a pedir por enésima vez nos deje llevárnosla? -preguntó el pelirrojo algo vacilante.
-Bueno, por intentarlo una vez más -respondió el otro encogiéndose de hombros-, de todas formas íbamos a necesitar el remolque y nos iba a sobrar sitio.
-¿Ya estáis otra vez con lo de la moto? -preguntó Hermione arqueando una ceja.
-¿Moto? -preguntó esa vez Ginny.
-Mi tío Sirius, con el que vivo, tiene un taller, ya lo sabrás, ¿no?-le informó Harry guardando su móvil en el bolsillo mientras la chica asentía-. Vamos a ir allí a por lo que falta para salir de viaje y de paso volveremos a preguntarle si nos presta su antigua motocicleta.
-Ah, sí, recuerdo que me comentaste lo del taller de tu tío -dijo la pelirroja asintiendo de nuevo.
-Bueno, en realidad es mi padrino, pero le llamo de ambas formas.
-Es más tío mío que suyo -comentó Draco indiferente por lo bajo recalcando la ironía.
-¿Cómo? -preguntó Ginny alzando las cejas mirando a Malfoy con incredulidad.
-Lo que oyes, pelirroja -dijo el rubio con tranquilidad quitándose las gafas de sol.
-Sí, es sobrino segundo de Sirius -dijo esta vez Harry, a Ginny le dio la impresión de que el chico tenía cara de decir que no se alegraba de sus conexiones de familia aunque no fueran sanguíneas. Draco parecía tener la misma expresión-. Su madre y mi padrino son primos y no se llevan bien desde hace años.
-Vaya -musitó Ginny-, de lo que se llega a enterar una.
-Para que veas -dijeron Harry y Draco al unísono. Tras eso se miraron casi con asco.
Ahora Ginny entendía parte de la rivalidad que los chicos tenían.
-Volviendo a lo de la moto -intervino Hermione, ya que intuía que con el tema del parentesco iba a haber más tensión y quería dar su opinión acerca de la motocicleta-, Harry, no creo que convenzáis a Sirius. Le tiene demasiado apego a su moto, sabes de sobra que si algo le pasara le daría algo.
-Bueno, ya me la ha dejado a veces para ir por la ciudad...
-Pero es diferente, yo solo os digo que andéis con ojo.
-No seas aguafiestas, y relájate Hermione -dijo Ron en tono cansino.
-Pretenden pasarse las tardes dando vueltas con la moto alrededor de la casa rural -le explicaba Hermione a Ginny ladeándose un poco para mirarla-. Como si no hubiese más cosas que hacer en un sitio lleno de tanta naturaleza.
Ginny se preguntaba que desde cuándo sabía su hermano montar en moto. Suponía que le habría enseñado el tío de Harry.
            Al cabo de un rato, aparcaron enfrente de un ancho edificio de dos plantas con dos cocheras a la izquierda de una amplia entrada. Estaba al lado de una gasolinera. En la fachada había un letrero blanco con letras en relieve negro y azul que ponía The Crazy Motor. Había una pila de neumáticos en una esquina de la derecha según se entraba. Parecía que había mucho movimiento en el interior y se escuchaba una radio y un ruido amortiguado en las cocheras.
-Ahora venimos -dijo Ron desabrochándose el cinturón.
Salió de la camioneta acompañado de Harry para dirigirse a por el remolque en el interior de una de las dos cocheras.
-Yo mientras voy a ir a comprar a la gasolinera -informó Hermione-. ¿Alguien quiere acompañarme o que le traiga algo?
         Draco se limitó a mirarla como si fuese un bicho raro, acto al que la chica de pelo castaño dio poca importancia ya que la pregunta no iba dirigida a él, pero generalizó por educación.
-Creo que saldré contigo a buscar algo -dijo Ginny-. ¿Vienes, Luna? -quiso interactuar un poco con la chica, ya que llevaba mucho tiempo ausente.
-Está bien -respondió la aludida despegándose por primera vez de la ventanilla. Abrió su puerta y al salir observó que el chico no se movió- ¿Tú no vienes, Draco?
-Tan sólo Malfoy para ti. Y no, yo me quedo aquí -le respondió malhumorado arrastrando las palabras y cruzándose de brazos.
-Como quieras, "tan sólo Malfoy" -dijo Luna encogiéndose de hombros y cerrando la puerta. El joven la miró extrañado pero no dijo nada y se limitó a entornar los ojos como signo de exasperación.
       Ginny y Hermione se miraron un momento y rieron disimuladamente por lo bajo debido al remate de Luna. La Weasley salió por la puerta de su izquierda donde estaba antes Harry y junto a Luna empezó a seguir a Hermione.
-El padrino de Harry también lleva la gasolinera -les informó Granger.
Al entrar Luna se dispersó un poco hacia la sección de prensa y revistas y Hermione y Ginny fueron a buscar algo que picar para el camino.
-No le hagas caso a tu hermano sobre lo de comer en el coche -dijo Hermione observando los estantes-, luego es el que más picotea.
-Lo sé, es un tragón, creo que en vez de estómago tiene un agujero sin fondo.
-Es cierto que a veces parece que no se harta -siguió la joven entre risas.
-Sabes -dijo Ginny pensativa-, ahora sí que recuerdo haberte visto varias veces en el recreo con el grupo de mi hermano. Además, el primer año en que entré al instituto estuve unos días saliendo al patio con Ron y recuerdo que tú nos acompañabas a veces con Harry y otras veces estabas sola -explicó mirando a Hermione detenidamente, pensaba que la chica había cambiado mucho físicamente-. Mi hermano ha hablado de ti algunas veces en casa. Lo que pasa es que nunca conseguía quedarme con tu nombre.
-Entiendo que te hagas un lío, mucha gente me dice que les cuesta memorizarlo -dijo entre risas, se encogió de hombros.
-Espera... -Ginny abrió mucho los ojos cayendo en la cuenta- ¡tú eras la amiga que trajo a La Madriguera el verano pasado, ¿no?!
-Sí, Harry y yo pasamos una semana en tu casa pero tú te fuiste de vacaciones, ¿recuerdas? No coincidimos esos días.
-Claro... -musitó recordando que su destino vacacional el verano pasado fue el aburrido campamento.
-Y bueno, yo la mayoría del tiempo suelo pasar mis ratos libres en la biblioteca o en zonas apartadas del patio con Harry y Ron, así que, tampoco es extraño que no nos crucemos mucho.
-También me sonabas porque sales en el cuadro de honor de Hogwarts entre los alumnos con mejores notas.
-Vaya, te has fijado -dijo Hermione mostrando una media sonrisa.
          Ginny observó que la chica cogía dos bolsas de aperitivos del estante. Se había fijado en que, de entre todo lo que había cogido, en el lote de bolsitas había una con sus dulces preferidos, era una azul con caramelos de varios colores en forma de habichuela, y de repente recordó que a Ron también le gustaban mucho y que de pequeños él siempre le compraba una bolsa al salir juntos del colegio.
-Podría decirse entonces, que eres muy íntima de mi hermano. No suele hablar mucho de sus amistades en casa y cuando lo hace es porque son amigos cercanos.
-Bueno, sí. Harry y él son mis mejores amigos desde que empecé el instituto. Nos cuidamos mutuamente -dijo sonrojándose un poco.
          Ginny notó el leve cambio. ¿Estaría sonrojándose por Harry, por Ron, o quizá por los dos? De repente creyó sospechar que había signos de que pudiese ser por Harry porque también pasaban mucho tiempo juntos. Pero recordó que en esos momentos él estaba saliendo con otra chica un poco mayor que él llamada Cho Chang. La verdad es que no estaba segura de sí seguían juntos, pero era la única con la que le había visto en plan cariñoso, por así decirlo, ese fue uno de los motivos por los que Ginny tuvo que desistir a aspirar a algo más con él y sacarle de su cabeza. Sin embargo, no descartaba que Hermione se sonrojase por él, no tenía nada que ver el hecho de que Harry tuviese novia ya que eran muy amigos, una cosa no quitaba la otra.
-Salías con ellos por las tardes cuando empezasteis el instituto, ¿no?
-Al principio no -respondió Hermione-. No conecté bien con tu hermano los primeros meses -dijo arqueando una ceja, eso a Ginny no le extrañó-. Luego los tres nos fuimos conociendo. Y aun así, ya sabrás que Ron a veces es muy suyo, así que, tardé en unirme a su pandilla de por las tardes. Diría que empecé a salir con ellos cuando estábamos en tercer curso, sí, a partir de ahí. Además entre chicos hay otra honda distinta cuando están todos juntos...
-Entiendo. Vaya, pues sí que me ha costado recordarte, llevo todo el rato desde que salimos pensando en que tu cara me sonaba y me sonaba, pero no lograba "ubicarte" -no se solía olvidar de las cosas, solo de lo que a Ron respectaba.
-Tranquila, es comprensible... -parecía que quería decir algo más pero no se decidía- Esto... he notado que tu relación con Ron es algo tensa, no habla mucho de ti. De todos sus hermanos podría decir que eres a quien menos menciona, y cuando lo hace, bueno, tengo entendido que discutís mucho... -la chica se notaba incómoda- No quisiera meterme en donde no me llaman, pero como esta es la conversación más larga que hemos tenido nunca... y se puede decir que nos estamos conociendo y que yo, más o menos, me conozco las andanzas de Ronald... pues, no sé, lo he notado.
-No me sorprende, Ron tampoco tendría mucho de lo que hablar sobre mí... -respondió Ginny bajando la mirada indiferente cogiendo una bolsa pequeña de patatas fritas.
-¿Qué tal te está yendo todo, aparte de lo del campamento? Intuyo que no fue el primer destino en el que pensaste para ir a veranear... - Granger intentaba cambiar de tema con naturalidad.
-Bueno, aparte del campamento, no me quejo... -Ginny tampoco quería que la chica pensara que le había molestado el tema de Ron así que animó su tono de voz- En realidad suelo sacar buenas notas, pero a mis padres se les ha metido esto en la cabeza -dijo eso último frunciendo un poco el entrecejo pensando que a quien le vendría mejor ir era a Ron para que espabilase.
          Hermione intentó animarla y darle otro tema de conversación. Al cabo de un rato iban hacia la caja hablando de los aperitivos y las bebidas que habían elegido, buscaron a Luna con la mirada y la encontraron apoyada en un mostrador hojeando una revista. Ginny fue a avisarla de que iban a pagar.
-¿Luna, ya has cogido algo? -le preguntó mirando las revistas de la estantería que estaba al lado del mostrador donde se apoyaba la muchacha rubia.
-Oh, sí -dijo la chica de voz calmada levantando la vista de un comic hacia su compañera de viaje-. Cuando queráis podemos irnos.
-¿Has cogido algo para comer? El viaje se nos hará largo -advirtió Ginny fijándose en la revista que Luna sostenía pensando en que le era familiar.
-Ya tenía preparado un almuerzo en la mochila, pero sí, he cogido algo más.
-¿Qué estabas leyendo? -preguntó la chica Weasley intrigada.
-El nuevo número de un comic de superhéroes -respondió casi indiferente, pensando que a Ginny no le interesaría y dejaría de hacerle preguntas. Cerró el comic y lo añadió a los artículos que iba a adquirir y que había reunido en una pequeña cesta.
Ginny volvió a pasear la mirada por la estantería con atención.
-¿Es el nuevo de The Warriors? -preguntó empezando a rebuscar entre diversos ejemplares de diferentes revistas.
-Sí... Ya van por el nº 25 -contestó Luna.
-Lo sé, me he quedado en el nº 23 con ese molesto "continuará". Estaba ahorrando para el siguiente.
-A mí me ha enganchado bastante.
-Y a mí. Hace poco que lo he añadido a mi lista de favoritos, y eso que no soy mucho de leer sobre superhéroes -sonrió al encontrar el número que buscaba-. No sabía que te gustasen los comics -dijo mirándola de reojo aún sonriente.
Luna mostró una mirada analítica y con una media sonrisa dijo:
-Ni yo que te gustasen a ti. Resulta extrañamente emocionante descubrir que alguien de mi clase comparte ese tipo de hobbies.
-Es cierto, en clase no hay aficionados a los comics, pero por el instituto yo conozco a gente muy enganchada... Pero no pensaba que tú también lo fueses. Las veces que hemos hablado y nos hemos sentado juntas siempre te he visto con el mismo tipo de revistas científicas y de naturaleza... Bueno, me dijeron que...
-Que estoy obsesionada en la búsqueda y estudios de platillos volantes, ¿verdad?
-Sí... -dijo Ginny desviando la mirada hacia otro lado un instante. Luna no parecía ofendida.
-Yo no lo llamaría "obsesión", simplemente es que no me gusta cerrarme puertas ni posibilidades. Es posible que no estemos solos, es más, no me extrañaría que nos estuviesen observando -dijo con seriedad y total convencimiento-. Hay historias que, a mi parecer, se sostienen y otras que no -dijo encogiéndose de hombros-. La verdad está ahí fuera.
         La joven Weasley se la quedó mirando. No estaba segura de si ese rumor era cierto hasta ese momento. Su compañera de viaje le resultaba inquietante pero divertida. Nunca había tenido una extensa conversación con ella, era peculiar, y en ese momento pensó que no era bueno dejarse llevar por las apariencias. Tenía horas de viaje para conocerla un poco más. Le caía bien, y al descubrir su gusto por el arte del comic empezaba a caerle un poco mejor.
La joven Lovegood se quedó mirando a Ginny un momento mostrando una pequeña media sonrisa y después dijo:
-Noto por tu expresión que te escandalizas o te dejas llevar por el escepticismo como a la mayoría de los que les hablo del tema...
-¡No! Bueno -dijo encogiéndose de hombros y sonriéndole levemente-, no me escandalizo. Estoy de acuerdo en eso de que no es bueno el cerrarse puertas. No me malinterpretes. Cada uno tiene sus hobbies y creencias. Y tienes todo tu derecho a expresarte. A quien no le guste o se escandalice, pues que se aguante.
-La verdad está ahí fuera -repitió la joven Lovegood haciendo reír a Ginny por el énfasis que esta vez le dio a la frase y asintió.
-Será mejor que vayamos a pagar y nos demos prisa. ¿Vas a llevarte el comic?
-Sí, ¿y tú el 23?
-Por supuesto. Pensé que no lo vendían en sitios como las gasolineras. Yo siempre iba al centro comercial o al quiosco de enfrente del instituto...
-Es que esta gasolinera, si te fijas, tiene parte de quiosco.
-Oh, es verdad. La verdad es que el tío de Harry ha pensado en todo a la hora de adquirir la franquicia y su taller...
           Se reunieron con Hermione en la caja y al salir observaron que Harry y Ron estaban uniendo un remolque a la parte de atrás de la camioneta con ayuda de su padrino, Sirius.
-Al final se han salido con la suya -dijo Hermione soltando un bufido-. Se llevan la dichosa moto.
-¿No te gustan las motos, Hermione? -preguntó Luna.
-No terminan de darme buena espina... -dijo frunciendo levemente el ceño-. Lo he probado, y no es uno de mis pasatiempos preferidos. Harry me ha dado unas vueltas por alrededor de estas calles, pero no lo veo divertido como a ellos. Sé que en cuanto nos reunamos con los demás en la casa rural no van a hacer otra cosa...
-¿Es que vais con más gente? -preguntó Ginny.
-Sí, los primeros dos días estaremos los tres solos, pero luego nos reuniremos con unos amigos del instituto. Un grupo más o menos grande, chicos y chicas.
       Al aproximarse las tres muchachas a la parte de atrás de la camioneta, Ginny empezó a observar a Sirius Black disimuladamente; era un hombre ya algo entrado en años pero muy apuesto, con una abundante y ondulada melena negra azulada hasta los hombros y barba estilo candado. Parecía fuerte a pesar de ser delgado y era bastante alto. Llevaba un mono azul oscuro y unos guantes gruesos para trabajar.
-Hola, Sirius -saludó Hermione efusivamente.
-¡Hermione! ¿Qué tal? ¿Preparada para el viaje?
-Sí, más que preparada. Y algo cansada, pero con energía, ya sabes que para estas cosas madrugo mucho.
-Mal hecho, los que conducen son ellos, son los que tienen que estar más frescos. Te tienen que tratar como a una reina.
-Y lo hacemos -replicó Ron-, pero cuando coge un mapa y una de sus listas o esquemas y se convierte en sargento.
-Es que si no os organizo, aquí al final no hacemos nada -contestó la aludida frunciendo el ceño levemente.
-Bueno, no todo es organización -dijo Sirius-, vais a divertiros, pero eso sí, hay que ir con cabeza. Suerte que está ella -les dijo a los chicos-. A ver, el remolque ya está. Harry, ayúdame a cubrirlo.
      Entre el mecánico y su ahijado aseguraron dos maletas grandes en el remolque y cubrieron la moto con una enorme y gruesa manta. Las chicas habían guardado la compra en la parte de atrás y estaban esperando a que terminasen.
-Gracias por prestarnos la moto, Sirius, de verdad -dijo Ron de nuevo muy contento acomodando mejor la parte de atrás de la camioneta.
-No hay de qué. Esto es una prueba de vuestra responsabilidad, así que, ya sabéis, cuidadla con vuestra vida. Como si fuera un tesoro, un hermano, ¡un hijo!...
     Ginny en ese momento pensó que como Ron tuviera que encargarse de la moto, Sirius le demandaría a la vuelta del viaje por los daños causados a un vehículo tan importante.
-Por cierto -dijo Harry-, hablando de hermanos, esta es Ginny, la hermana pequeña de Ron.
-Ah, la benjamina de los Weasley. Hola, Sirius Black -dijo el apuesto mecánico acercándose a ella-, encantado.
-Igualmente -dijo ella sonriéndole.
-Tu padre habla mucho de ti, eres como su joya de la corona.
-Bueno, el ser la única chica es lo que tiene. No sabía que conociese a mi padre.
-Claro, nos conocimos en el instituto. Además, ¿quién crees que pone a punto su Ford Anglia? -dijo riendo- A veces se deja caer por aquí a hacernos una visita. Ya me han contado Harry y Ron el percance que habéis tenido tus compañeros y tú con unos autobuses -dijo dirigiendo una mirada a Luna-. Mi sobrino no debe de estar nada contento -dijo mostrando una media sonrisa casi burlona recordando a Draco-. En fin...
-Te aseguro que no -dijo Harry.
-Raro comportamiento el de mi prima. A todo esto, ¿dónde está el heredero de los Malfoy?
-Es verdad -dijo Hermione extrañada-, si no estaba dentro cuando hemos metido la compra. ¿Dónde se ha metido?
-¡Bah! Que se pire. Le dejamos en tierra -dijo Ron sujetando otra extensa manta. Harry cogió otro extremo y mirando a su amigo con una leve mueca de aprobación por su sugerencia.
-Por ahí viene -dijo Ginny observando la acera de enfrente, Draco iba a empezar a cruzar la carretera. El muchacho había salido de una esquina en la que había varias tiendas, llevaba su mochila a la espalda y caminaba con aire despreocupado fumándose un cigarrillo.
Sirius aprovechó para terminar de ayudar a Harry y a Ron.
-Por cierto -les dijo- ¿Tendréis a mano las señas y el teléfono de los padres de ese amigo vuestro que os ha prestado la casa?
-Hermione lo tiene todo apuntado en su súper-agenda -dijo Ron despreocupado.
-Bien, ¿cómo dijisteis que se llamaban?
-Nos la ha prestado los padres de Seamus Finnigan, un chaval de nuestra clase -le informó Harry.
-Ah, ya. Finnigan.
          De repente, al oír el nombre del amigo del trio de jóvenes, a Ginny le vino de inmediato a la cabeza otra persona. Si Finnigan les había prestado la casa, lo más probable era que el mejor amigo del muchacho, Dean Thomas, les acompañara en sus vacaciones. Y ella conocía muy bien a Dean, ese curso había estado con él mes y medio sin que nadie lo supiese. Todo ese tiempo, ambos calificaron su relación como un "periodo de prueba", antes del cual habían empezado a chatear durante un tiempo, y a medida que pasaban los días aumentaba el morbo y el tono de las charlas hasta el punto de empezar a encontrarse varias veces en el cuarto de baño de chicas que estaba en desuso del instituto durante algunos recreos. Para el resto de los alumnos, los pocos conocidos que los habían visto juntos, incluyendo a los tres hermanos menores de la joven Weasley, eran amigos. Tras ese mes y medio, cuando parecía que la cosa marchaba bien, Ginny se sintió algo asfixiada con Thomas, era demasiado protector, ya que la chica era de un espíritu más independiente. Al final no estuvo tan a gusto como esperaba, sentía unas ataduras y un control demasiado fuertes sin ni siquiera ser pareja en serio, por eso, antes de hacerle más daño a él y así misma y de que la relación fuese a más y la diesen a conocer ante sus amigos, decidió poner punto y final. El chico dejó de hablarla hasta casi a final de curso, empezó a hablar de nuevo con ella en público y por chat de manera normal y amistosa, pero les costó. A Ginny le resultaba curioso saber que los dos chicos que más le habían gustado se fuesen a reunir en la misma casa. Sabía que Dean era amigo de Harry y Ron y que solían quedar, pero ni Thomas ni ella estaban por la labor de comentarles nada del corto noviazgo que tuvieron. A veces se preguntaba a sí misma si en realidad se llegó a enamorar de Dean o que le escogió por su conexión con Harry, a quien todavía le costaba olvidar. Ella sintió cosas y tuvo buenas experiencias con Dean pero nunca llegó hasta el final con él, y pensaba que eso debía ser por algo importante. La pelirroja salió de sus pensamientos al oír una voz detrás de ella:
-¿Ya habéis acabado? -preguntó Malfoy en su típico tono.
-Sí, y hubiésemos acabado antes si hubieras estado aquí ayudando -dijo Ron de mala gana-. Encima que hago el esfuerzo de llevarte.
-Nadie me pidió ayuda y yo no te pedí que me llevaras -contestó de la misma manera que el pelirrojo.
-Bueno -intervino Sirius en un tono animado e indiferente para quitarle hierro a la discusión como si no oyese nada-, veo que ya sí que lo tenéis todo a punto.
-Id subiendo -dijo Harry.
-Espero que tengáis un buen viaje -dijo Sirius de nuevo dirigiéndose a todos lanzando una mirada en forma de saludo hacia Draco, quien apuró el cigarro, lo tiró y abrió una de las puertas de atrás mirando a su tío de reojo.
-Ha sido un placer -le dijo Ginny a Sirius.
-Lo mismo digo. Pasad un buen verano Ginny y... -dijo señalando a Lovegood.
-Luna -dijo la rubia con una media sonrisa.
-Luna. Bien, ya sabéis, id con cuidado, parece que va a llover y puede que sea una tormenta fuerte de verano. Turnaos un poco para conducir, ¿de acuerdo, Ron?
-Sí -contesto este casi absorto resintonizando la radio.
          Los jóvenes fueron entrando como al principio en el coche, solo que esa vez Draco se hallaba en el asiento de la ventanilla de detrás del conductor y Luna en medio entre Ginny y él. Harry, Ron y Hermione se quedaron un momento fuera despidiéndose de Sirius y luego reemprendieron su viaje.
        Al ponerse en marcha y girar para introducirse en el tráfico, Ginny pudo observar desde la ventana de su izquierda a Sirius viéndoles marchar, apoyado en un cartel de la entrada en el que aparecía un perro negro de pie sobre sus patas traseras, vestido con un mono azul, con una llave inglesa en una de sus patas delanteras y un coche con el capó abierto echando humo.
El silencio empezaba a reinar de nuevo en el coche.

Continuará









No hay comentarios:

Publicar un comentario