La
radió volvió a sonar.
Esta
vez los minutos de silencio se hicieron más llevaderos y no duraron
tanto.
Durante
un buen rato Hermione y Ron estuvieron charlando entre ellos, esta
vez en voz más alta y en un tono algo más desenfadado que antes de
que hiciesen la primera parada en la gasolinera. A Harry le sonó el
móvil nada más acomodarse en su asiento y empezó a teclear
abstrayéndose de todo. Ginny agradeció mentalmente a Luna que al
volver a entrar en el coche dejara pasar a Draco primero, ya que de
esa forma ahora estaban sentadas la una al lado de a otra, Malfoy se
puso sus cascos y sus gafas de sol e intentó ignorar al personal
retomando su voto de silencio, mirando por la ventana con su típico
semblante serio cruzado de brazos.
Ginny
se quitó la chaqueta y se acomodó mejor, procurando no pegarse
demasiado a Harry. Se sentía como una estúpida poniéndose aún tan
nerviosa, pero tras el poco trayecto a la vez notaba que había
mejorado su actitud hacia el muchacho y seguía con su objetivo de
entablar conversación y perder esa timidez.
La
chica se quedó un momento mirando a su alrededor, fijándose en el
paisaje por todas las ventanas. Las nubes se tornaban cada vez más
grises y la autopista estaba repleta de viajantes. Tardarían varias
horas en llegar y sabía que a Ron esos minutos que llevaban de
trayecto se le estaban haciendo tan eternos como a ella. Buscó la
bolsa con todo lo que había comprado y sacó el comic, era una
suerte tener algo nuevo para leer y que estuviera tan bien de precio,
algunos de los ejemplares que se había llevado para el campamento ya
se los había leído o los estaba terminando.
Al
cabo de un rato, Luna y ella empezaron a entablar una larga charla
sobre comics y demás trivialidades mientras ojeaban diversos
ejemplares. Parecía que Luna también había traído un buen arsenal
de lectura. Pudo notar que Harry las miraba a veces de reojo y Ginny
se preguntaba si el muchacho estaría interesado en su charla o era
que aquel pasatiempo que ambas chicas compartían le resultaba
extraño. Tanto si a él le gustaba como si no, eso no afectaba a
Ginny, esa era una manera de que el chico descubriera más de ella. Y
no iba a esconder sus gustos ni a comerse el coco por si sus
pasatiempos no coincidían con los de Harry o éste los veía raros.
Sabía que a él le caía bien, y si le agradaba debía ser porque
era ella misma.
-¿Queréis
un poco por ahí atrás? -preguntó Hermione extendiendo el brazo
ofreciéndoles una bolsa de galletas de chocolate. En ese momento
Harry reaccionó y cogió un pequeño puñado de la bolsa que le
ofrecía su amiga.
-Coged
si queréis, no hagáis caso a Ron -les dijo este a sus compañeras
de viaje y volvió a prestar atención a su móvil. En la parte
delantera el pelirrojo soltó un pequeño bufido.
-Gracias
-dijo Ginny mostrando una media sonrisa, cogió un pequeño puñado
de galletas. Eso le recordó que había desayunado muy poco, aunque
su madre era de hacer todas sus comidas muy abundantes, esa mañana
entre las prisas y entre que no tenía mucho apetito sólo tomó un
zumo y un croissant.
-¿Luna?
-dijo Hermione a modo de ofrecimiento acercándole la bolsa de
galletas.
-No,
gracias -respondió Lovegood mientras buscaba algo en su mochila
llena de parches, chapas y pegatinas, lo que le hacía parecer más
extravagante de lo que ya era, se la colocó en el regazo y sacó
unas cuantas revistas. Las otras dos chicas pudieron observar que
tras elegir su material de lectura Luna sostenía un ejemplar de una
colorida revista, ¿al revés? Sí, estaba al revés.
-¿Lees
El Quisquilloso? -volvió a preguntar Hermione soltando un leve
bufido de burla.
-Sí.
-A
mí me gustan sus crucigramas -comentó Harry volviendo a coger otro
puñado de galletas de la bolsa de su amiga Granger-. Solo que
algunos son muy complicados, es como si no vinieran pistas algunas
veces.
-Será
lo único entretenido que tenga -intervino de nuevo Hermione-, El
Quisquilloso no cuenta más que trolas, historietas sacadas de
contexto sobre temas actuales.
-Perdona
-interrumpió Luna con una voz que denotaba molestia-, mi padre es el
director.
-¡Ja!
Menudo corte, Granger -dijo Draco que parecía haber despertado ante
el comentario entre risas maliciosas haciendo notar la mala situación
que se acababa de generar
-Mira,
el que parecía que se había ido a otro planeta con su voto de
silencio pone mucho la oreja aunque no lo parezca -comentó Harry en
forma de defensa para su amiga.
-Bueno...
-intervino de nuevo Hermione abochornada intentando disculparse-
Esto... tiene puntos de vista interesantes pero a veces resultan más
caricaturescos y...
-Ya...
sacados de contexto -sentenció Luna escondiendo su cara en la
revista pasando las hojas con rapidez hasta llegar a donde había
dejado una página marcada- . Por cierto, las pistas de los
crucigramas están pensadas para buscar muy a fondo, si piensas con
los ojos no lo averiguarás.
Ginny
no pudo evitar una media sonrisa ante una escena que a su parecer
había sido muy cómica. Observó cómo Hermione se situaba despacio
de frente en el asiento del copiloto sin mediar más palabra
intentando cambiar de tema y no fijar contacto visual con la chica de
la revista al revés. Mientras Harry le pedía otra bolsa de galletas
y tecleaba en su móvil. Luna no dijo nada duranten unos minutos, no
parecía una persona rencorosa viendo algunas bromas pesadas que le
hacían los más novatos en el instituto, pero entendía que en ese
momento pudiera sentirse un poco ofendida, aún así, Ginny pensaba
que se le pasaría pronto. Decidió dejarle un momento para ella y
luego entablar de nuevo conversación como si no hubiera pasado nada.
La
lluvia empezó a caer.
Un
rato más tarde, hubo un momento de extenso silencio en el que,
concentrada en la lectura y el ligero vaivén del coche, a Ginny
empezaron a pesarle un poco los ojos y al echar la cabeza para atrás
le parecía que todo empezaba a convertirse en siluetas grises. Soltó
un ligero y disimulado bostezo. No había descansado nada esa noche,
y le resultaba un poco difícil encontrar una buena postura al estar
algo apretujada entre dos personas aunque la furgoneta fuese amplia.
El
silencio empezaba a molestarla de nuevo, pudo notar que cada uno en
el coche seguía lo suyo, a pesar de su charla con Luna, Ginny pudo
notar que ella era de pocas palabras y en ese momento la veía muy
inmersa en su lectura. La Weasley optó por imitar a Draco y se puso
también su MP3. Mientras miraba de nuevo a Harry de reojo. Seguía
con el dichoso móvil. ¿Es que esperaba una llamada? Bueno, al fin y
al cabo eso a Ginny no debía importarle, ¿pero, por qué importaba
tanto? No parecía que fueran mensajes normales... ¿Sería su novia
Cho-Chang la que insistía con tanto mensaje de texto? La expresión
del chico en esos momentos era neutral, concentrado en teclear.
Empezaba a sacarla un poco de quicio. Finalmente, ayudada por el
sonido de la abundante lluvia que había comenzado a caer en esos
instantes, se sumergió en un extraño trance; poco a poco empezó a
experimentar la primera fase del sueño, que da la impresión de que
no uno no ha dormido nada pero en realidad sí, y ni ella misma sabía
cómo definir lo que sintió a continuación:
Un
pequeño escalofrió empezó a recorrer su cuerpo y empezaban a
formarse en medio de la nada una especie de siluetas grisáceas que
poco a poco se iban mezclando en un leve chispazo, sentía que se
removía en su asiento y luego tras ese pequeño fogonazo siguieron
unos cuantos que empezaban a definir un lugar, todo empezaba a tomar
forma, las luces parecían provenir de farolas tintineantes a los
lados de un camino. Notaba que empezaba a caminar con ligereza entre
aquellas tenues luces. Estaba segura de estar soñando porque empezó
a notar cómo la lluvia que escuchaba desde fuera la empapaba. Unos
truenos resonaron y los rayos perfilaron aún más las extrañas
siluetas consiguiendo que las identificara. De la oscura nada las
sombras tomaron la forma de lo que parecía una casa, en medio de un
bosque negro, y según se adentraba en el camino resbaladizo y
pedregoso iba definiendo el entorno y una mala sensación se iba
apoderando de ella. La casa cada vez era más grande y cada vez
parecía tener más plantas. Cuando casi había llegado a la gran
entrada, algo en su interior le decía que no debía estar en aquel
lugar, se quedó estática observando los oscuros aldabones de la
gran puerta. Todo era un poco borroso y no le gustaba la sensación.
Quería retroceder y resguardarse de la lluvia en otro sitio. Al
echar a correr notó cómo el camino recto y empedrado desaparecía
dejando un blando y espeso camino de barro, según andaba notaba cómo
se hundía cada vez más... Hasta que el sonido de un trueno la sacó
del sueño.
-¡AAAAAHHH!
-exclamó la joven con nerviosismo dando un brinco en su asiento.
-¡Maldita
sea! ¿Qué pasa? -dijo Ron alterado por el grito de su hermana
mirando desde el espejo retrovisor.
-Ginny
-habló Harry también algo sobresaltado-, tranquila, no pasa nada.
-¿Qué
ha sido eso? -mirando a todos los pasajeros, inspirando y exhalando
con rapidez. Todos habían vuelto la vista en ella intrigados,
exceptuando a Ron atento a la carretera y la expresión de Malfoy que
parecía decir: "¿Qué bicho le ha picado ahora a ésta?"
-¿Qué
ha sido el qué? -preguntó de nuevo el chico con gafas posando una
mano en el hombro de Ginny.
-El...
ese... ruido...
-Habrá
sido el último trueno. Tranquila, sólo está lloviendo.
-Tranquila,
Ginny -dijo Hermione ofreciéndole una botella de agua al ver que no
tenía muy buena cara- ¿Tienes sed?
-Gracias
-dijo la pelirroja antes de dar un sorbo.
-La
tormenta ha empezado a tener muy mala pinta -comentó Harry-. No
corras mucho, Ron.
-Tengo
cuidado, sólo es la típica tormenta de verano... Y los truenos no
son para tanto, no están tan cerca. Menudo brinco has dado, Ginny.
-Estaba...
soñando... -dijo la chica ignorando el tono despreocupado a la vez
que despectivo de su hermano. En ese instante al mirar de frente se
percató, los rayos de sol desaparecieron por completo para dar paso
a un cielo completamente encapotado desde donde le alcanzaba la vista
y una abundante llovizna- Oíd, ¿cuánto tiempo llevo durmiendo?
-Pues
creo que desde hace bastante rato, como casi dos horas... -comentó
Luna, que en ese momento estaba enrollando una de sus revistas.
-Tú
sí que tienes el sueño profundo -le dijo Harry esbozándole una
leve sonrisa tranquilizadora.
-¿No
habré roncado, verdad? -bromeó la pelirroja alzando las cejas.
-No,
tranquila -respondió el azabache riendo.
-Estábamos
comentando hacer otra parada -dijo Hermione-. Yo digo que sí. Con
este tiempo no es bueno correr mucho y es bueno parar cada dos horas.
-Os
digo que no podemos pararnos cada dos por tres -dijo Ron en tono de
cansancio e intentando contener su mal humor-. Ya vamos con retraso,
y estos tres tienen un horario fijado en esa dichosa prisión de
verano.
-Haz
lo que te dé la gana, Weasley, pero si me la pego por tu culpa soy
capaz de denunciarte -espetó Malfoy.
-Vaya,
Draco, ¿has estado callado dos horas? -le dijo Harry- Un nuevo
record.
-¡Piérdete!
-Es
difícil si está en el mismo coche que tú... -intervino Luna.
-No
te metas, y sigue dándole vueltas a tu revistilla, Lunática.
-Ya
la he leído.
-He
cambiado de opinión. ¡Quiero parar y perderos a todos de vista!
-exclamó Draco mirando con una mueca de desdén a la chica Lovegood.
Esta hizo caso omiso y volvió a dirigirse a Ginny mientras Malfoy y
Ron empezaban de nuevo con sus discusiones.
-¿Estás
bien?
-Antes...
Creía que había dormido menos -ke dijo Ginny-. Creo que sí me
vendrá bien parar un rato.
-Parece
que has tenido una pesadilla -dijo dulcemente con tono protector.
-Sí...
Aunque ahora mismo no estoy muy segura de lo que he soñado. Creo que
se me ha olvidado. Pero me acuerdo del sonido de la lluvia.
-No
ponía nada en el tiempo de que fuese a llover tanto...
-¡Está
bien! -exclamó Hermione para que los otro dos chicos parasen de
lanzar indirectas haciendo que las dos chicas volvieran a la
discusión del coche con el resto de pasajeros- Vale ya. Dijimos que
tregua, ¿no?
-¡Olvidadme
de una vez! -exclamó el rubio- Estáis todos contra mí y el que
siempre empieza soy yo, claro. ¡Por mi podéis dejarme en la próxima
gasolinera que encontréis, bajo la lluvia incluso, eso sería mejor
que seguir viajando con vosotros!
-¡No
me tientes a parar, Malfoy! -dijo Ron apretando los dientes. Harry y
Hermione notaron que se le estaban empezando a poner las orejas
coloradas.
-A
ver cómo se las arreglaba -dijo Harry en tono más despreocupado-.
Encima que hacemos el esfuerzo. No va por vosotras -le dijo a Ginny
como aclaración y esta asintió.
-No
podemos y lo sabes, Ron -señaló Hermione severa dirigiéndose tanto
al pelirrojo como a Malfoy- ¿Es que no lo veis? ¡Vuestras madres os
están poniendo a prueba! ¿Creéis que si dejamos aquí a Malfoy,
que si cada uno decide irse por su lado, no se enterarán? Luego
ambos contaréis vuestra propia versión de los hechos, como
siempre... ¡Y esto será el cuento de nunca acabar! ¡Y nos tenéis
hasta la coronilla!... ¡Todo el viaje con esta maldita tensión! ¿De
verdad queréis empezar así las vacaciones?
Ambos
chicos la miraban con el entrecejo fruncido como si fueran dos niños
pequeños siendo regañados por su maestra. Los otros tres se
limitaban a observar la escena. A Ginny le daba la impresión de que
Hermione conocía a su hermano bastante bien y que estaba al
corriente de todas las disputas entre los chicos hasta el punto de
predecir, como había pasado en repetidas disputas, lo que iba a
ocurrir. Ginny, en cambio, sólo se preocupaba de esas discusiones
cuando repercutían en el resto de su familia. Pero Hermione parecía
que estaba al tanto de todo eso en todos los aspectos, no solo en los
familiares.
-¡Tranquilicémonos
un poco! -Siguió diciendo Granger-. Si seguimos pinchándonos entre
todos, Harry... -le lanzó una mirada de: "No te creas que te
vas a librar. Que tú también lo empiezas", pero fue
interrumpida por el aludido.
-Vale,
pero tranquilízate tú también, Hermione -le dijo el chico de la
cicatriz.
-Eso
-dijeron Ron y Draco al unísono.
-No
es necesario que eches más discursitos -añadió Malfoy.
-Cierto,
no gastes saliva en eso, Hermione -intervino Harry-. Sabemos que
tarde o temprano volveremos a lo mismo, porque... mal que nos pese,
en ese sentido nos conocemos -dijo mirando a Draco, este le devolvía
la mirada con enfado-. Pero no dejas de tener razón.
-Nuestras
madres y el campamento estarían enterados de quién deja a quién en
el camino. Vamos a intentar mantener la tregua hasta que lleguemos. Y
al final del viaje nos ignoraremos y os insultaréis a gusto
-sentenció Ginny.
-¿Cuántas
veces más lo vais a repetir? -preguntó Draco apretando sus gafas de
sol, ahora inservibles, en el puño.
-Me
estáis distrayendo entre todos -suspiró Ron apretando el volante.
-¿Y
si ponemos música? -sugirió Luna de repente.
-Buena
idea -dijo Harry.
-La
radio no pilla buena frecuencia... -dijo Ron tratando de controlar su
genio. No quería que nadie tocara SU radio ni SU equipo. Ni siquiera
aguantaba que Harry enredara con las pistas cuando salían a dar una
vuelta.
-Yo
tengo algunos CDs -dijo Luna.
-¿Y
qué escuchas? -preguntó Draco con malicia- A juzgar por como
vistes, seguro que música de los setenta de la que ya nadie se
acuerda...
Luna
se le quedó un momento mirando de arriba abajo y luego le dijo con
calma y sin una nota de rencor:
-Si
tienes que juzgar a los demás por su manera de vestir, deberías ir
desnudo.
Draco
se limitó a mandarle otra mirada de rencor y asco, dudoso de lo que
quería decir la chica, mientras que los otros cuatro reían
por lo bajo.
Al
cabo de un rato, todos menos Malfoy se vieron inmersos en qué tipo
de música poner.
-Pon
algo de Linkin Park -sugirió Harry.
-Mejor
pon a The Corrs -dijo Hermione.
-Va
a terminar poniendo lo que le dé la gana -dijo Ginny.
-Cierto,
os he dicho que mi coche, mis normas -sentenció Ron rebuscando en el
maletín de los CD.
-¿Tienes
a Michael? -preguntó Luna con asombro abriendo los ojos de esa
manera tan peculiar en ella.
-Michael
Jackson aquí es sagrado, Lovegood. Si no te gusta lo siento, pero...
-Adoro
a Michael -interrumpió en un topo de seria emoción.
-Mira,
ya tenéis algo en común -señaló Harry. Debía admitir que la
chica le parecía rara y le incitaba a alejarse al principio, pero
empezaba a cambiar de rara a curiosa en esas pocas horas de viaje. En
eso coincidía con Ginny, a quién le hizo gracia la escena.
-Pues
no se hable más, primero "El Rey del Pop" -dijo Ron
mientras seleccionaba canciones, estaba ciertamente sorprendido por
ese pequeño descubrimiento acerca de Luna Lovegood. No sabía si ese
gusto musical le hacía verse a él más raro o a ella más "normal",
por lo que prefirió dejarlo correr.
Al
cabo de una media hora parecía que había regresado la armonía.
Fuera la carretera seguía repleta de viajantes en "operación
salida" y el tiempo no mejoraba, parecía que la lluvia
pretendía seguirles lo que quedaba de trayecto.
Decidieron
parar en una cafetería muy transitada y con mucho ruido, tuvieron
suerte de coger una mesa. Parecía que al resto de viajeros les había
pillado también la lluvia tan desprevenidos como a los seis jóvenes.
A los tres amigos les quedaban aún varias horas y a Ginny y a los
dos campistas como ella ya les iba faltando poco para llegar a su
destino.
Sentada
en una pequeña mesa con los demás después de haber estirado un
poco las piernas, a Ginny le parecía que el día de lo que prometía
ser el comienzo de un aburrido verano para la joven Weasley no le iba
a guardar más sorpresas hasta que, de repente, cuando estaban a
punto de salir de la cafetería, entre charlas y despistes y choques
entre la gente:
-¡Oh,
no! -exclamó Hermione levantándose de su asiento.
-¿Qué
pasa? -inquirió Ron parando de recoger su mochila.
-Vaya,
lo siento mucho, señorita -dijo un camarero sumamente apenado y
nervioso. El chico había dejado caer un chorro de café de la
cafetera caliente que sostenía esparciendo el líquido por todos los
papeles que Hermione había estado hojeando, casi se empapa ella
también de café caliente de no ser porque Ron la apartó a tiempo
con el brazo- No sabe cómo lo siento, déjeme ayudar.
-Deje,
tranquilo, ha sido un descuido -dijo Harry de forma amable ayudando a
recoger -, pero mejor será que traiga un trapo.
-Dios
mío -musitó Hermione desplomándose en su silla.
-Tranquilízate,
Granger, que sólo era un periódico -dijo Draco acercándose a la
mesa, ya que desde que entraron se marginó en la barra del bar hasta
que se empezaron a ponerse todos en marcha-. Ha sido gracioso, un
poco más y ese camarero pazguato se abrasa también con el café.
-No
ha sido un periódico, Malfoy -respondió la chica con rabia.
-¿Te
has manchado? -le preguntó Ginny.
-¡Yo
no, pero el mapa con la dirección de vuestro campamento sí! ¿Lo
ves? ¡Está ilegible!
-¿QUÉ?
-exclamó el resto.
-Está
bien, vamos a secarlo al baño, a lo mejor podemos salvar una parte
-dijo Ginny ante la mirada de desconcierto del resto.
-Al
final resulta que ese camarero inepto me va a caer bien -volvió a
soltar Draco antes de salir a fumarse un cigarro.
Luna
siguió a las dos chicas al cuarto de baño mientras Harry terminaba
de pagar su cuenta y Ron recogía estresado sus cosas y las de
Hermione.
Al
cabo de escasos minutos, mientras los chicos aguardaban bajo el
porche de la cafetería evitando mojarse, las chicas salieron con el
mapa deshojado y pringoso.
-¿Y
ahora qué? -preguntó Ginny.
-Bueno,
no es para tanto. Queda poco para llegar, y tenemos más mapas de
carreteras, ¿verdad, Hermione? -dijo Harry intentando no perder el
poco optimismo del que tenía.
-Claro,
los llevo en mi bolso...mi bol... mi... ¡¿Y MI BOLSO?!
-Te
lo habrás dejado dentro.
-¡Ahora
vengo! -dijo la chica entrando de nuevo a toda prisa en el
establecimiento.
-Vuestra
amiga se estresa con facilidad... -observó Luna.
-Bueno,
en ese bolso lleva lo que para ella es imprescindible, y más de una
vez nos ha sacado del apuro a Ron y a mí, es como un pequeño baúl.
Y con lo organizada que es, cuando algo así se descontrola... pues
cae bajo presión.
-Bueno,
de todas formas también podemos llamar por teléfono y que nos den
de nuevo la dirección -dijo Ginny ya resignada a que el día no
podía ir a mejor y que al fin y al cabo acabaría llegando al
campamento.
-Sí,
es otra opción.
Al
cabo de unos minutos de impaciencia Hermione salió dela cafetería
iracunda:
-¡No
está! ¡Me han robado el bolso!
-Qué
tragedia -susurró Draco con sumo sarcasmo encendiendo otro cigarro.
-¿Cómo
que no está? -suspiró Ron exasperado llevándose una mano a la
cabeza- Pero si yo te he recogido la chaqueta y el monedero. Pensaba
que te lo habías llevado al baño para secarlo con el mapa.
-¡He
preguntado a todo el mundo; al camarero torpe, al encargado, he ido a
buscar en los servicios y nada!
-¿Seguro
que no lo dejaste en la camioneta? -insistió Ginny.
-¡No,
lo saqué aquí para pagar la cuenta! Lo tenía todo ahí dentro...
mapas, el móvil, mis gafas, mi identificación... Todo- dijo
desplomándose en un escalón -Solo me queda el monedero...-dijo
mientras Ron se lo daba junto a su chaqueta con cara de pena.
-Tranquila,
lo importante lo cancelaremos en cuanto lleguemos a la casa rural
-dijo Harry- Y veremos si puedes conseguir un carnet de identidad
nuevo... y...
-¡¡¡BFFFFF!!!
-exclamó Hermione llevándose la manos a la cabeza al borde del
colapso.
-Bueno,
ya está bien. Dejadme ver ese dichoso mapa -dijo Ron tomándolo de
su hermana y le echó un rápido vistazo- Qué asco, cómo huele...
Bueno, tampoco está tan mal, hay nombres que se ven...
-¿Cómo
pretendes que nos guiemos con eso? -preguntó Draco.
-Llama
a mamá y apuntamos la dirección -dijo Ginny.
-Llámala
tú -dijo Ron.
-No
puedo.
-Pff...
Está bien.
Tras
unos minutos Harry volvió a buscar el bolso de su amiga a la
cafetería. Pero no hubo suerte y Molly no contestaba al teléfono.
-Claro,
debe de estar ya en el avión...-dijo el pelirrojo sentándose en los
escalones de la cafetería junto a Hermione- Qué pérdida de
tiempo...
-Como
decía mi madre, los problemas de uno en uno -dijo Luna- ¿Nadie
tiene el número del campamento?
-Los
monitores tampoco contestan -le dijo Ginny tras haber tomado prestado
el móvil de Harry. En esos momentos le entraron ganas de curiosear
su bandeja de mensajes pero con el chico presente era difícil y
embarazoso. Decidió devolvérselo enseguida- Gracias.
-No
hay de qué...
-¿Vosotros
no podéis contactar con nadie? -dijo Ginny dirigiéndose a los
chicos de cabello rubio.
-No
-contestó Draco secamente-. Y aunque pudiera...
-Este
teléfono es de mi padre -dijo Luna-, debe de estar fuera, sólo
puedo hablar con él por fijo de casa. Y después del trabajo iba a
salir de viaje un par de días...
-¿Tú
no tienes móvil? -preguntó Harry.
-No,
no me gustan. Pero cuando debo salir de viaje mi padre me pide que
use el suyo...
-Tampoco
tendrás televisor... -comentó Draco.
-Pues
no. Escucho la radio. La tele mata la imaginación -acto seguido el
muchacho la miró aún más como a un bicho raro.
-Puedes
estar tranquila que de eso a ti te sobra...-se limitó a contestar el
joven.
-Bueno,
no nos vayamos del tema -dijo Harry-, no queda otra que guiarnos por
el mapa, o lo que queda de él.
Los
seis adolescentes se pusieron en marcha haciéndole frente al
desánimo y la mala racha. Entraron con rapidez en el coche
procurando no mojarse mucho. Y mientas que Ron atendía a la
carretera Hermione iba descifrando el pringoso mapa ayudada por el
resto. Ya llevaban un buen tramo cuando y empezaron a dudar si dar la
vuelta o no al llegar a una frondosa desviación.
-Voy
a cruzar por aquí -dijo Ron-. Entre la dichosa lluvia y el tráfico,
no llegamos.
-¿Seguro?
-preguntó Harry-. Aquí no pone que sea un atajo. Y si lo pone no lo
veo...
-Parece
que lleva a una desviación antigua, esta zona es más natural, más
rural -comentó Hermione.
-Para
estas cosas vendría bien un GPS -dijo Draco mirando por la ventana
muy aburrido y echando de menos a su chofer.
Sin
pensarlo mucho más, decidieron adentrarse en el camino antiguo y sin
asfaltar hasta que fueron perdiendo similitudes entre el estropeado
mapa y el camino que estaban recorriendo. Poco a poco dejaron de ver
coches por el camino y los árboles se hacían cada vez más grandes
tapándoles la poca luz que les quedaba.
-Deberíamos
dar la vuelta -comentó Hermione frustrada de no ver ninguna
señalización desde hace bastante tiempo.
-¿Cómo?
Este camino es estrecho y de una sola dirección... -dijo el
conductor.
-Debe
de tener un final, cuando lleguemos, retrocedemos -dijo Harry.
-Y
la lluvia cada vez va a peor... -dijo Ron de nuevo luchando contra el
parabrisas.
-Sólo
a vosotros se os ocurre meteros a atajar por un camino como este con
el tiempo que hace -dijo Draco,
-No
nos has dicho que tuvieses una idea mejor -espetó Hermione molesta
al reconocer que fue mala idea seguir ese camino-. Tampoco tenía
mala pinta cuando entramos, ahora todo es más frondoso.
-Déjale,
se habría quejado de que el otro camino era largo -añadió Ron.
-Atiende
a la carretera, pelirrojo -saltó Draco.
-Me
estás hinchando las narices, Malfoy, y estás tardando mucho en
comerte el volante.
Los
tres chicos iban a empezar otra acalorada discusión mientas Hermine
y Ginny intentaban calmar los ánimos.
-¡CUIDADOOOOOOO!¡AAAAAAHHHHHH!¡AAAAAAHHHHHH!¡AAAAAAHHHHHH!
En
un momento de descuido pasaron por un enorme bache, Ron dio un
volantazo haciendo derrapar la camioneta, y cuando quiso frenar
llegaron a una inesperada y empinada cuesta que les hizo salirse del
camino hasta chocar de lado con una gran roca,
En
un momento, todo el estruendo dejó paso sólo al sonido de la
lluvia.


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