28 octubre 2019



4

PRIMERO LA LLUVIA…  Y LUEGO EL IMPACTO



La radió volvió a sonar.

Esta vez los minutos de silencio se hicieron más llevaderos y no duraron tanto.
         Durante un buen rato Hermione y Ron estuvieron charlando entre ellos, esta vez en voz más alta y en un tono algo más desenfadado que antes de que hiciesen la primera parada en la gasolinera. A Harry le sonó el móvil nada más acomodarse en su asiento y empezó a teclear abstrayéndose de todo. Ginny agradeció mentalmente a Luna que al volver a entrar en el coche dejara pasar a Draco primero, ya que de esa forma ahora estaban sentadas la una al lado de a otra, Malfoy se puso sus cascos y sus gafas de sol e intentó ignorar al personal retomando su voto de silencio, mirando por la ventana con su típico semblante serio cruzado de brazos.
         Ginny se quitó la chaqueta y se acomodó mejor, procurando no pegarse demasiado a Harry. Se sentía como una estúpida poniéndose aún tan nerviosa, pero tras el poco trayecto a la vez notaba que había mejorado su actitud hacia el muchacho y seguía con su objetivo de entablar conversación y perder esa timidez.
       La chica se quedó un momento mirando a su alrededor, fijándose en el paisaje por todas las ventanas. Las nubes se tornaban cada vez más grises y la autopista estaba repleta de viajantes. Tardarían varias horas en llegar y sabía que a Ron esos minutos que llevaban de trayecto se le estaban haciendo tan eternos como a ella. Buscó la bolsa con todo lo que había comprado y sacó el comic, era una suerte tener algo nuevo para leer y que estuviera tan bien de precio, algunos de los ejemplares que se había llevado para el campamento ya se los había leído o los estaba terminando.
       Al cabo de un rato, Luna y ella empezaron a entablar una larga charla sobre comics y demás trivialidades mientras ojeaban diversos ejemplares. Parecía que Luna también había traído un buen arsenal de lectura. Pudo notar que Harry las miraba a veces de reojo y Ginny se preguntaba si el muchacho estaría interesado en su charla o era que aquel pasatiempo que ambas chicas compartían le resultaba extraño. Tanto si a él le gustaba como si no, eso no afectaba a Ginny, esa era una manera de que el chico descubriera más de ella. Y no iba a esconder sus gustos ni a comerse el coco por si sus pasatiempos no coincidían con los de Harry o éste los veía raros. Sabía que a él le caía bien, y si le agradaba debía ser porque era ella misma.
-¿Queréis un poco por ahí atrás? -preguntó Hermione extendiendo el brazo ofreciéndoles una bolsa de galletas de chocolate. En ese momento Harry reaccionó y cogió un pequeño puñado de la bolsa que le ofrecía su amiga.
-Coged si queréis, no hagáis caso a Ron -les dijo este a sus compañeras de viaje y volvió a prestar atención a su móvil. En la parte delantera el pelirrojo soltó un pequeño bufido.
-Gracias -dijo Ginny mostrando una media sonrisa, cogió un pequeño puñado de galletas. Eso le recordó que había desayunado muy poco, aunque su madre era de hacer todas sus comidas muy abundantes, esa mañana entre las prisas y entre que no tenía mucho apetito sólo tomó un zumo y un croissant.
-¿Luna? -dijo Hermione a modo de ofrecimiento acercándole la bolsa de galletas.
-No, gracias -respondió Lovegood mientras buscaba algo en su mochila llena de parches, chapas y pegatinas, lo que le hacía parecer más extravagante de lo que ya era, se la colocó en el regazo y sacó unas cuantas revistas. Las otras dos chicas pudieron observar que tras elegir su material de lectura Luna sostenía un ejemplar de una colorida revista, ¿al revés? Sí, estaba al revés.
-¿Lees El Quisquilloso? -volvió a preguntar Hermione soltando un leve bufido de burla.
-Sí.
-A mí me gustan sus crucigramas -comentó Harry volviendo a coger otro puñado de galletas de la bolsa de su amiga Granger-. Solo que algunos son muy complicados, es como si no vinieran pistas algunas veces.
-Será lo único entretenido que tenga -intervino de nuevo Hermione-, El Quisquilloso no cuenta más que trolas, historietas sacadas de contexto sobre temas actuales.
-Perdona -interrumpió Luna con una voz que denotaba molestia-, mi padre es el director.
-¡Ja! Menudo corte, Granger -dijo Draco que parecía haber despertado ante el comentario entre risas maliciosas haciendo notar la mala situación que se acababa de generar
-Mira, el que parecía que se había ido a otro planeta con su voto de silencio pone mucho la oreja aunque no lo parezca -comentó Harry en forma de defensa para su amiga.
-Bueno... -intervino de nuevo Hermione abochornada intentando disculparse- Esto... tiene puntos de vista interesantes pero a veces resultan más caricaturescos y...
-Ya... sacados de contexto -sentenció Luna escondiendo su cara en la revista pasando las hojas con rapidez hasta llegar a donde había dejado una página marcada- . Por cierto, las pistas de los crucigramas están pensadas para buscar muy a fondo, si piensas con los ojos no lo averiguarás.
        Ginny no pudo evitar una media sonrisa ante una escena que a su parecer había sido muy cómica. Observó cómo Hermione se situaba despacio de frente en el asiento del copiloto sin mediar más palabra intentando cambiar de tema y no fijar contacto visual con la chica de la revista al revés. Mientras Harry le pedía otra bolsa de galletas y tecleaba en su móvil. Luna no dijo nada duranten unos minutos, no parecía una persona rencorosa viendo algunas bromas pesadas que le hacían los más novatos en el instituto, pero entendía que en ese momento pudiera sentirse un poco ofendida, aún así, Ginny pensaba que se le pasaría pronto. Decidió dejarle un momento para ella y luego entablar de nuevo conversación como si no hubiera pasado nada.
La lluvia empezó a caer.
         Un rato más tarde, hubo un momento de extenso silencio en el que, concentrada en la lectura y el ligero vaivén del coche, a Ginny empezaron a pesarle un poco los ojos y al echar la cabeza para atrás le parecía que todo empezaba a convertirse en siluetas grises. Soltó un ligero y disimulado bostezo. No había descansado nada esa noche, y le resultaba un poco difícil encontrar una buena postura al estar algo apretujada entre dos personas aunque la furgoneta fuese amplia.
        El silencio empezaba a molestarla de nuevo, pudo notar que cada uno en el coche seguía lo suyo, a pesar de su charla con Luna, Ginny pudo notar que ella era de pocas palabras y en ese momento la veía muy inmersa en su lectura. La Weasley optó por imitar a Draco y se puso también su MP3. Mientras miraba de nuevo a Harry de reojo. Seguía con el dichoso móvil. ¿Es que esperaba una llamada? Bueno, al fin y al cabo eso a Ginny no debía importarle, ¿pero, por qué importaba tanto? No parecía que fueran mensajes normales... ¿Sería su novia Cho-Chang la que insistía con tanto mensaje de texto? La expresión del chico en esos momentos era neutral, concentrado en teclear. Empezaba a sacarla un poco de quicio. Finalmente, ayudada por el sonido de la abundante lluvia que había comenzado a caer en esos instantes, se sumergió en un extraño trance; poco a poco empezó a experimentar la primera fase del sueño, que da la impresión de que no uno no ha dormido nada pero en realidad sí, y ni ella misma sabía cómo definir lo que sintió a continuación:
       Un pequeño escalofrió empezó a recorrer su cuerpo y empezaban a formarse en medio de la nada una especie de siluetas grisáceas que poco a poco se iban mezclando en un leve chispazo, sentía que se removía en su asiento y luego tras ese pequeño fogonazo siguieron unos cuantos que empezaban a definir un lugar, todo empezaba a tomar forma, las luces parecían provenir de farolas tintineantes a los lados de un camino. Notaba que empezaba a caminar con ligereza entre aquellas tenues luces. Estaba segura de estar soñando porque empezó a notar cómo la lluvia que escuchaba desde fuera la empapaba. Unos truenos resonaron y los rayos perfilaron aún más las extrañas siluetas consiguiendo que las identificara. De la oscura nada las sombras tomaron la forma de lo que parecía una casa, en medio de un bosque negro, y según se adentraba en el camino resbaladizo y pedregoso iba definiendo el entorno y una mala sensación se iba apoderando de ella. La casa cada vez era más grande y cada vez parecía tener más plantas. Cuando casi había llegado a la gran entrada, algo en su interior le decía que no debía estar en aquel lugar, se quedó estática observando los oscuros aldabones de la gran puerta. Todo era un poco borroso y no le gustaba la sensación. Quería retroceder y resguardarse de la lluvia en otro sitio. Al echar a correr notó cómo el camino recto y empedrado desaparecía dejando un blando y espeso camino de barro, según andaba notaba cómo se hundía cada vez más... Hasta que el sonido de un trueno la sacó del sueño.
-¡AAAAAHHH! -exclamó la joven con nerviosismo dando un brinco en su asiento.
-¡Maldita sea! ¿Qué pasa? -dijo Ron alterado por el grito de su hermana mirando desde el espejo retrovisor.
-Ginny -habló Harry también algo sobresaltado-, tranquila, no pasa nada.
-¿Qué ha sido eso? -mirando a todos los pasajeros, inspirando y exhalando con rapidez. Todos habían vuelto la vista en ella intrigados, exceptuando a Ron atento a la carretera y la expresión de Malfoy que parecía decir: "¿Qué bicho le ha picado ahora a ésta?"
-¿Qué ha sido el qué? -preguntó de nuevo el chico con gafas posando una mano en el hombro de Ginny.
-El... ese... ruido...
-Habrá sido el último trueno. Tranquila, sólo está lloviendo.
-Tranquila, Ginny -dijo Hermione ofreciéndole una botella de agua al ver que no tenía muy buena cara- ¿Tienes sed?
-Gracias -dijo la pelirroja antes de dar un sorbo.
-La tormenta ha empezado a tener muy mala pinta -comentó Harry-. No corras mucho, Ron.
-Tengo cuidado, sólo es la típica tormenta de verano... Y los truenos no son para tanto, no están tan cerca. Menudo brinco has dado, Ginny.
-Estaba... soñando... -dijo la chica ignorando el tono despreocupado a la vez que despectivo de su hermano. En ese instante al mirar de frente se percató, los rayos de sol desaparecieron por completo para dar paso a un cielo completamente encapotado desde donde le alcanzaba la vista y una abundante llovizna- Oíd, ¿cuánto tiempo llevo durmiendo?
-Pues creo que desde hace bastante rato, como casi dos horas... -comentó Luna, que en ese momento estaba enrollando una de sus revistas.
-Tú sí que tienes el sueño profundo -le dijo Harry esbozándole una leve sonrisa tranquilizadora.
-¿No habré roncado, verdad? -bromeó la pelirroja alzando las cejas.
-No, tranquila -respondió el azabache riendo.
-Estábamos comentando hacer otra parada -dijo Hermione-. Yo digo que sí. Con este tiempo no es bueno correr mucho y es bueno parar cada dos horas.
-Os digo que no podemos pararnos cada dos por tres -dijo Ron en tono de cansancio e intentando contener su mal humor-. Ya vamos con retraso, y estos tres tienen un horario fijado en esa dichosa prisión de verano.
-Haz lo que te dé la gana, Weasley, pero si me la pego por tu culpa soy capaz de denunciarte -espetó Malfoy.
-Vaya, Draco, ¿has estado callado dos horas? -le dijo Harry- Un nuevo record.
-¡Piérdete!
-Es difícil si está en el mismo coche que tú... -intervino Luna.
-No te metas, y sigue dándole vueltas a tu revistilla, Lunática.
-Ya la he leído.
-He cambiado de opinión. ¡Quiero parar y perderos a todos de vista! -exclamó Draco mirando con una mueca de desdén a la chica Lovegood. Esta hizo caso omiso y volvió a dirigirse a Ginny mientras Malfoy y Ron empezaban de nuevo con sus discusiones.
-¿Estás bien?
-Antes... Creía que había dormido menos -ke dijo Ginny-. Creo que sí me vendrá bien parar un rato.
-Parece que has tenido una pesadilla -dijo dulcemente con tono protector.
-Sí... Aunque ahora mismo no estoy muy segura de lo que he soñado. Creo que se me ha olvidado. Pero me acuerdo del sonido de la lluvia.
-No ponía nada en el tiempo de que fuese a llover tanto...
-¡Está bien! -exclamó Hermione para que los otro dos chicos parasen de lanzar indirectas haciendo que las dos chicas volvieran a la discusión del coche con el resto de pasajeros- Vale ya. Dijimos que tregua, ¿no?
-¡Olvidadme de una vez! -exclamó el rubio- Estáis todos contra mí y el que siempre empieza soy yo, claro. ¡Por mi podéis dejarme en la próxima gasolinera que encontréis, bajo la lluvia incluso, eso sería mejor que seguir viajando con vosotros!
-¡No me tientes a parar, Malfoy! -dijo Ron apretando los dientes. Harry y Hermione notaron que se le estaban empezando a poner las orejas coloradas.
-A ver cómo se las arreglaba -dijo Harry en tono más despreocupado-. Encima que hacemos el esfuerzo. No va por vosotras -le dijo a Ginny como aclaración y esta asintió.
-No podemos y lo sabes, Ron -señaló Hermione severa dirigiéndose tanto al pelirrojo como a Malfoy- ¿Es que no lo veis? ¡Vuestras madres os están poniendo a prueba! ¿Creéis que si dejamos aquí a Malfoy, que si cada uno decide irse por su lado, no se enterarán? Luego ambos contaréis vuestra propia versión de los hechos, como siempre... ¡Y esto será el cuento de nunca acabar! ¡Y nos tenéis hasta la coronilla!... ¡Todo el viaje con esta maldita tensión! ¿De verdad queréis empezar así las vacaciones?
         Ambos chicos la miraban con el entrecejo fruncido como si fueran dos niños pequeños siendo regañados por su maestra. Los otros tres se limitaban a observar la escena. A Ginny le daba la impresión de que Hermione conocía a su hermano bastante bien y que estaba al corriente de todas las disputas entre los chicos hasta el punto de predecir, como había pasado en repetidas disputas, lo que iba a ocurrir. Ginny, en cambio, sólo se preocupaba de esas discusiones cuando repercutían en el resto de su familia. Pero Hermione parecía que estaba al tanto de todo eso en todos los aspectos, no solo en los familiares.
-¡Tranquilicémonos un poco! -Siguió diciendo Granger-. Si seguimos pinchándonos entre todos, Harry... -le lanzó una mirada de: "No te creas que te vas a librar. Que tú también lo empiezas", pero fue interrumpida por el aludido.
-Vale, pero tranquilízate tú también, Hermione -le dijo el chico de la cicatriz.
-Eso -dijeron Ron y Draco al unísono.
-No es necesario que eches más discursitos -añadió Malfoy.
-Cierto, no gastes saliva en eso, Hermione -intervino Harry-. Sabemos que tarde o temprano volveremos a lo mismo, porque... mal que nos pese, en ese sentido nos conocemos -dijo mirando a Draco, este le devolvía la mirada con enfado-. Pero no dejas de tener razón.
-Nuestras madres y el campamento estarían enterados de quién deja a quién en el camino. Vamos a intentar mantener la tregua hasta que lleguemos. Y al final del viaje nos ignoraremos y os insultaréis a gusto -sentenció Ginny.
-¿Cuántas veces más lo vais a repetir? -preguntó Draco apretando sus gafas de sol, ahora inservibles, en el puño.
-Me estáis distrayendo entre todos -suspiró Ron apretando el volante.
-¿Y si ponemos música? -sugirió Luna de repente.
-Buena idea -dijo Harry.
-La radio no pilla buena frecuencia... -dijo Ron tratando de controlar su genio. No quería que nadie tocara SU radio ni SU equipo. Ni siquiera aguantaba que Harry enredara con las pistas cuando salían a dar una vuelta.
-Yo tengo algunos CDs -dijo Luna.
-¿Y qué escuchas? -preguntó Draco con malicia- A juzgar por como vistes, seguro que música de los setenta de la que ya nadie se acuerda...
Luna se le quedó un momento mirando de arriba abajo y luego le dijo con calma y sin una nota de rencor:
-Si tienes que juzgar a los demás por su manera de vestir, deberías ir desnudo.
          Draco se limitó a mandarle otra mirada de rencor y asco, dudoso de lo que quería decir la chica,  mientras que los otros cuatro reían por lo bajo.
Al cabo de un rato, todos menos Malfoy se vieron inmersos en qué tipo de música poner.
-Pon algo de Linkin Park -sugirió Harry.
-Mejor pon a The Corrs -dijo Hermione.
-Va a terminar poniendo lo que le dé la gana -dijo Ginny.
-Cierto, os he dicho que mi coche, mis normas -sentenció Ron rebuscando en el maletín de los CD.
-¿Tienes a Michael? -preguntó Luna con asombro abriendo los ojos de esa manera tan peculiar en ella.
-Michael Jackson aquí es sagrado, Lovegood. Si no te gusta lo siento, pero...
-Adoro a Michael -interrumpió en un topo de seria emoción.
-Mira, ya tenéis algo en común -señaló Harry. Debía admitir que la chica le parecía rara y le incitaba a alejarse al principio, pero empezaba a cambiar de rara a curiosa en esas pocas horas de viaje. En eso coincidía con Ginny, a quién le hizo gracia la escena.
-Pues no se hable más, primero "El Rey del Pop" -dijo Ron mientras seleccionaba canciones, estaba ciertamente sorprendido por ese pequeño descubrimiento acerca de Luna Lovegood. No sabía si ese gusto musical le hacía verse a él más raro o a ella más "normal", por lo que prefirió dejarlo correr.
        Al cabo de una media hora parecía que había regresado la armonía. Fuera la carretera seguía repleta de viajantes en "operación salida" y el tiempo no mejoraba, parecía que la lluvia pretendía seguirles lo que quedaba de trayecto.
       Decidieron parar en una cafetería muy transitada y con mucho ruido, tuvieron suerte de coger una mesa. Parecía que al resto de viajeros les había pillado también la lluvia tan desprevenidos como a los seis jóvenes. A los tres amigos les quedaban aún varias horas y a Ginny y a los dos campistas como ella ya les iba faltando poco para llegar a su destino.
      Sentada en una pequeña mesa con los demás después de haber estirado un poco las piernas, a Ginny le parecía que el día de lo que prometía ser el comienzo de un aburrido verano para la joven Weasley no le iba a guardar más sorpresas hasta que, de repente, cuando estaban a punto de salir de la cafetería, entre charlas y despistes y choques entre la gente:
-¡Oh, no! -exclamó Hermione levantándose de su asiento.
-¿Qué pasa? -inquirió Ron parando de recoger su mochila.
-Vaya, lo siento mucho, señorita -dijo un camarero sumamente apenado y nervioso. El chico había dejado caer un chorro de café de la cafetera caliente que sostenía esparciendo el líquido por todos los papeles que Hermione había estado hojeando, casi se empapa ella también de café caliente de no ser porque Ron la apartó a tiempo con el brazo- No sabe cómo lo siento, déjeme ayudar.
-Deje, tranquilo, ha sido un descuido -dijo Harry de forma amable ayudando a recoger -, pero mejor será que traiga un trapo.
-Dios mío -musitó Hermione desplomándose en su silla.
-Tranquilízate, Granger, que sólo era un periódico -dijo Draco acercándose a la mesa, ya que desde que entraron se marginó en la barra del bar hasta que se empezaron a ponerse todos en marcha-. Ha sido gracioso, un poco más y ese camarero pazguato se abrasa también con el café.
-No ha sido un periódico, Malfoy -respondió la chica con rabia.
-¿Te has manchado? -le preguntó Ginny.
-¡Yo no, pero el mapa con la dirección de vuestro campamento sí! ¿Lo ves? ¡Está ilegible!
-¿QUÉ? -exclamó el resto.
-Está bien, vamos a secarlo al baño, a lo mejor podemos salvar una parte -dijo Ginny ante la mirada de desconcierto del resto.
-Al final resulta que ese camarero inepto me va a caer bien -volvió a soltar Draco antes de salir a fumarse un cigarro.
       Luna siguió a las dos chicas al cuarto de baño mientras Harry terminaba de pagar su cuenta y Ron recogía estresado sus cosas y las de Hermione.
Al cabo de escasos minutos, mientras los chicos aguardaban bajo el porche de la cafetería evitando mojarse, las chicas salieron con el mapa deshojado y pringoso.
-¿Y ahora qué? -preguntó Ginny.
-Bueno, no es para tanto. Queda poco para llegar, y tenemos más mapas de carreteras, ¿verdad, Hermione? -dijo Harry intentando no perder el poco optimismo del que tenía.
-Claro, los llevo en mi bolso...mi bol... mi... ¡¿Y MI BOLSO?!
-Te lo habrás dejado dentro.
-¡Ahora vengo! -dijo la chica entrando de nuevo a toda prisa en el establecimiento.
-Vuestra amiga se estresa con facilidad... -observó Luna.
-Bueno, en ese bolso lleva lo que para ella es imprescindible, y más de una vez nos ha sacado del apuro a Ron y a mí, es como un pequeño baúl. Y con lo organizada que es, cuando algo así se descontrola... pues cae bajo presión.
-Bueno, de todas formas también podemos llamar por teléfono y que nos den de nuevo la dirección -dijo Ginny ya resignada a que el día no podía ir a mejor y que al fin y al cabo acabaría llegando al campamento.
-Sí, es otra opción.
Al cabo de unos minutos de impaciencia Hermione salió dela cafetería iracunda:
-¡No está! ¡Me han robado el bolso!
-Qué tragedia -susurró Draco con sumo sarcasmo encendiendo otro cigarro.
-¿Cómo que no está? -suspiró Ron exasperado llevándose una mano a la cabeza- Pero si yo te he recogido la chaqueta y el monedero. Pensaba que te lo habías llevado al baño para secarlo con el mapa.
-¡He preguntado a todo el mundo; al camarero torpe, al encargado, he ido a buscar en los servicios y nada!
-¿Seguro que no lo dejaste en la camioneta? -insistió Ginny.
-¡No, lo saqué aquí para pagar la cuenta! Lo tenía todo ahí dentro... mapas, el móvil, mis gafas, mi identificación... Todo- dijo desplomándose en un escalón -Solo me queda el monedero...-dijo mientras Ron se lo daba junto a su chaqueta con cara de pena.
-Tranquila, lo importante lo cancelaremos en cuanto lleguemos a la casa rural -dijo Harry- Y veremos si puedes conseguir un carnet de identidad nuevo... y...
-¡¡¡BFFFFF!!! -exclamó Hermione llevándose la manos a la cabeza al borde del colapso.
-Bueno, ya está bien. Dejadme ver ese dichoso mapa -dijo Ron tomándolo de su hermana y le echó un rápido vistazo- Qué asco, cómo huele... Bueno, tampoco está tan mal, hay nombres que se ven...
-¿Cómo pretendes que nos guiemos con eso? -preguntó Draco.
-Llama a mamá y apuntamos la dirección -dijo Ginny.
-Llámala tú -dijo Ron.
-No puedo.
-Pff... Está bien.
Tras unos minutos Harry volvió a buscar el bolso de su amiga a la cafetería. Pero no hubo suerte y Molly no contestaba al teléfono.
-Claro, debe de estar ya en el avión...-dijo el pelirrojo sentándose en los escalones de la cafetería junto a Hermione- Qué pérdida de tiempo...
-Como decía mi madre, los problemas de uno en uno -dijo Luna- ¿Nadie tiene el número del campamento?
-Los monitores tampoco contestan -le dijo Ginny tras haber tomado prestado el móvil de Harry. En esos momentos le entraron ganas de curiosear su bandeja de mensajes pero con el chico presente era difícil y embarazoso. Decidió devolvérselo enseguida- Gracias.
-No hay de qué...
-¿Vosotros no podéis contactar con nadie? -dijo Ginny dirigiéndose a los chicos de cabello rubio.
-No -contestó Draco secamente-. Y aunque pudiera...
-Este teléfono es de mi padre -dijo Luna-, debe de estar fuera, sólo puedo hablar con él por fijo de casa. Y después del trabajo iba a salir de viaje un par de días...
-¿Tú no tienes móvil? -preguntó Harry.
-No, no me gustan. Pero cuando debo salir de viaje mi padre me pide que use el suyo...
-Tampoco tendrás televisor... -comentó Draco.
-Pues no. Escucho la radio. La tele mata la imaginación -acto seguido el muchacho la miró aún más como a un bicho raro.
-Puedes estar tranquila que de eso a ti te sobra...-se limitó a contestar el joven.
-Bueno, no nos vayamos del tema -dijo Harry-, no queda otra que guiarnos por el mapa, o lo que queda de él.
        Los seis adolescentes se pusieron en marcha haciéndole frente al desánimo y la mala racha. Entraron con rapidez en el coche procurando no mojarse mucho. Y mientas que Ron atendía a la carretera Hermione iba descifrando el pringoso mapa ayudada por el resto. Ya llevaban un buen tramo cuando y empezaron a dudar si dar la vuelta o no al llegar a una frondosa desviación.
-Voy a cruzar por aquí -dijo Ron-. Entre la dichosa lluvia y el tráfico, no llegamos.
-¿Seguro? -preguntó Harry-. Aquí no pone que sea un atajo. Y si lo pone no lo veo...
-Parece que lleva a una desviación antigua, esta zona es más natural, más rural -comentó Hermione.
-Para estas cosas vendría bien un GPS -dijo Draco mirando por la ventana muy aburrido y echando de menos a su chofer.
      Sin pensarlo mucho más, decidieron adentrarse en el camino antiguo y sin asfaltar hasta que fueron perdiendo similitudes entre el estropeado mapa y el camino que estaban recorriendo. Poco a poco dejaron de ver coches por el camino y los árboles se hacían cada vez más grandes tapándoles la poca luz que les quedaba.
-Deberíamos dar la vuelta -comentó Hermione frustrada de no ver ninguna señalización desde hace bastante tiempo.
-¿Cómo? Este camino es estrecho y de una sola dirección... -dijo el conductor.
-Debe de tener un final, cuando lleguemos, retrocedemos -dijo Harry.
-Y la lluvia cada vez va a peor... -dijo Ron de nuevo luchando contra el parabrisas.
-Sólo a vosotros se os ocurre meteros a atajar por un camino como este con el tiempo que hace -dijo Draco,
-No nos has dicho que tuvieses una idea mejor -espetó Hermione molesta al reconocer que fue mala idea seguir ese camino-. Tampoco tenía mala pinta cuando entramos, ahora todo es más frondoso.
-Déjale, se habría quejado de que el otro camino era largo -añadió Ron.
-Atiende a la carretera, pelirrojo -saltó Draco.
-Me estás hinchando las narices, Malfoy, y estás tardando mucho en comerte el volante.
Los tres chicos iban a empezar otra acalorada discusión mientas Hermine y Ginny intentaban calmar los ánimos.
-¡CUIDADOOOOOOO!¡AAAAAAHHHHHH!¡AAAAAAHHHHHH!¡AAAAAAHHHHHH!
        En un momento de descuido pasaron por un enorme bache, Ron dio un volantazo haciendo derrapar la camioneta, y cuando quiso frenar llegaron a una inesperada y empinada cuesta que les hizo salirse del camino hasta chocar de lado con una gran roca,
En un momento, todo el estruendo dejó paso sólo al sonido de la lluvia.

Continuará









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