08 abril 2018

Cap10☆


Capítulo 10

Necesito un favor

Brillaba.

¿Por qué brillaba?

       Después de las clases Draco se pasó en su cuarto un buen rato simplemente observando el diario de Luna, que seguía igual que la última vez que lo guardó, desprendiendo pequeñas luces doradas como si tuviera brillantina por la tapa.


       "Todo lo que rodea a Lunática es raro –pensaba-. Cuanto más lo miro, más curiosidad me entra. Ahora que lo pienso; el pacto era que me ayudaría en todo lo que la pidiera y yo se lo devolvía… no que yo no intentara abrirlo…".

         Algo en su interior le decía que lo que pensaba hacer no estaba bien, pero se lo decía con una voz casi inaudible…

     "Tiene que haber algo demasiado importante –seguía elucubrando-, más que sus tonterías de chica adolescente…"

De repente vio más letras grabadas en la tapa que decían:

“Para Luna con todo el amor de su madre.
Siento no estar ahí, pero sabes que velo por tus sueños en el cielo.
La fecha se acerca.”

         Desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos dejando al chico sorprendido. Sintió deseos de abrirlo pero esa vocecilla volvía a molestarlo. Al final dejó de intentarlo. En el fondo esa vocecilla le decía que se estaba pasando con la chica.

Recordó que le dijo que el diario fue un regalo de su madre.

"O sea que, falleció…" -pensaba.

           Lo primero que veía al pensar en ella eran sus ojos, profundos con una mezcla entre gris y azul, su mirada relajada pero segura, sus labios… ¿sus labios? Le parecían bonitos, finos... suaves. Recordó el beso accidental y lo que experimentó, le encantaron esas sensaciones, pero jamás se atrevería a admitirlo en voz alta.

¿Por qué no era capaz de sacarse su mirada de la cabeza?

Le empezaba a gustar pensar en ella.

"La verdad es que si se arreglara un poco más –pensaba-. No tendría nada que envidiar a las demás chicas de… ¡¿Pero en qué diablos estoy pensando?!"

Necesitaba dar una vuelta.

        Guardó el diario y se marchó a caminar por los jardines ya que no tenía nada que hacer porque sus deberes los tenía Luna, Amatis había sido devuelta a la directora, que había vuelto pronto y por suerte no hubo ningún problema con su medallón que detectaba el estado de ánimo de la gata, y ya lo tenía todo preparado para su fiesta del sábado. Había alquilado una sala en Hogsmeade para todos los de su casa, música, bebidas, aperitivos y los carteles de la fiesta de Slytherin por todo el colegio ya que eran el ojito derecho de la directora y se lo permitía todo a esa casa.

         Todo sería un éxito.

          Por el pasillo oyó cómo alguien lo llamaba:

-Malfoy –era Zabini, se le veía preocupado caminaba con las manos en los bolsillos y parecía tenso.

-¿Qué pasa?

-Me he peleado con Camila y ha dicho que no viene conmigo a la fiesta.

-Vaya, ¿y por qué? –preguntó riendo arqueando una ceja.

-Me he puesto algo celoso porque un idiota le estaba tirando los tejos en Hosgmeade. Le hice un hechizo para tirarlo al barro… y a quien terminé tirando… fue a ella

 Draco empezó a reír muy sonoramente.

-¡Eres demasiado! –se seguía carcajeando, tanto que tuvo que apoyarse en un muro.

-Tío, necesito una chica para ir a la fiesta. Quiero darle celos.

-Zabini, la semana que viene se vuelve a Italia.

-Quiero que vea lo que se pierde.

-Pues no mucho.

-Oye, se supone que eres mi amigo. Y bueno, no es sólo para darla celos. Nott también se ha enterado, me ha dicho que soy un desastre para ligar y nos hemos terminado picando. Me ha hecho apostar que llevaría a una chica a tu fiesta.

-Claro que eres malo ligando.

-¡Calla!

-Pídeselo a Pansy,

-Ni hablar. Además ya tiene con quien ir.

-¿Y qué has apostado?

-Veinte galeones.

-No se me ocurre nada. Aguántate, por impulsivo -dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa malvada de oreja a oreja.
El rubio siguió su camino hacia los jardines.

-Draco, por favor.

En ese momento a Zabini se le encendió la bombillita.

-Espera. ¡Préstame a Lovegood!
Draco se giró y miró a su amigo con cara asesina, casi dispuesto a lanzarle una maldición.

¿Luna de acompañante de Zabini? No sabía por qué, pero le empezaba a hervir la sangre.

-¡Ni hablar! –lo miró con el ceño fruncido.

-¿Por qué no? Si es perfecto.

-¡Ella es mía!

-¿Tuya? –rio.

-¿Qué? –se sorprendió el mismo  de sus palabras, lo dijo sin querer- Quiero decir que el pacto es entre ella y yo.

-Anda, hazme ese favor –se arrodilló.

-¡Que no! –le encanta que la gente se arrodillara ante él.

-Anda, y te doy cinco galeones. ¿Qué más te da? Si has hecho el pacto para que te ayude.

-Ya me olía yo que intentarías sacar tajada de la situación.

El otro chico miró a otro lado y se puso en pie.

-Está bien.

-¡Aaah! ¡Gracias! Te prometo que la cuidaré.

Draco le dio un golpe en la tripa.

-¡No hables de ella como si fuera un caniche!

-Vale. Vale… -se frotó la tripa-. Pero sí que la voy a tratar bien como acompañante, aunque me cueste, por lo menos para que Nott vea que puedo estar con la chica que quiera.

-Más te vale. Y tendremos que disfrazarla bien o algo para que no la descubran…

-Por supuesto, en eso había pensado, ¿te imaginas que se enteren de que es ella? Sólo necesito que esté presente, no hace falta que hable. Y… ¿es cosa mía, o te estás volviendo más protector con Lunática?

-Mmm… ¡Esfúmate! –dijo mirándole de arriba debajo de mala manera como si fuera un bicho o un trol.

         Siguió su camino frustrado por ese último acontecimiento. Él tampoco terminaba de entender por qué estaba empezando a comportarse así al oír “prestarme a Lovegood”… Si Zabini tenía razón, ¿a él que más le daba? Él ya tenía a Giovanna para acompañarlo y Luna al fin y al cabo estaba para cumplir sus órdenes con el pacto.

       Centrándose en que no descubrieran a Luna, el primer paso era informarla, el segundo disfrazarla, luego… no estaba seguro. El chico se empezaba a estresar y eso que la fiesta era al día siguiente.

         A todo esto había algo que le seguía intrigando, ¿por qué aparecieron esas letras en la tapa del diario?

¿Qué significaba “La fecha se acerca”?

Continuará



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