Capítulo 3
☆☆El tiro por la culata☆☆
Malfoy
estaba llegando al despacho de Umbridge, que se encontraba en el aula de
Defensa Contra las Artes Oscuras y por el camino se encontró con el profesor Flitwick, quien estaba haciendo de secretario al lado de la puerta.
— ¿Qué se le
ofrece, joven Slytherin?
—Necesito
ver a la directora, soy de la Brigada Inquisitorial -respondió el rubio con
orgullo y altanería.
—Lamentablemente
-(TRADUCCIÓN: ^.^ Gracias a Merlín ^.^!!)- la directora ha tenido que marcharse
al Ministerio por un asunto de extrema urgencia y no volverá hasta pasado
mañana.
—Está bien –gruñó
Draco algo sorprendido.
Se marchó
fastidiado porque por el momento sus planes de conseguir más puntos se verían
aplazados. Al llegar a su sala común la encontró desierta, se sentó al lado de
la chimenea y empezó a observar el diario con más detenimiento. En ese momento
llegó Blaise Zabini saliendo de los cuartos de los chicos con aire distraído:
—¿Qué hay,
Draco? -saludó al tiempo que se sentaba en el sillón de al lado. El aludido le
saludo con la cabeza- ¿Qué tienes ahí?
“Hmmm… Cotilla” -pensó Malfoy- Algo que me puede ayudar a sacar mejores
notas sin ningún esfuerzo –le respondió con una media sonrisa de triunfo-. El
diario de una de las amigas de Potter.
— ¿A sí? ¿De
quién?
—No estoy
seguro, escuché a cara cortada hablar de una amiga suya con su grupo de perdedores,
decían que era intrigante pensar que pudiese haber información sobre su grupo.
No puede abrirse sin un hechizo, esperaba que Umbridge lo averiguara, para ella
será fácil quitar hechizos de este tipo, creo yo…
— ¿Has
probado con Alohomora?
—Sí, varias cosas. Se abrirá con alguna combinación.
— ¿Quién
será L.L?…
—Sólo sé que
puede tener información valiosa acerca de Potter… Quizá cosas que puedan
hundirle aún más -el rubio Slytherin se quedó un instante pensativo, una
descabellada concusión llegó a su cabeza, abrió los ojos como platos y pegó un
leve salto en el sillón- Espera un momento... ¡Es de Lunatica!
— ¿Quién?
—Las
iniciales encajan –dijo el chico Malfoy entre alarmado y asqueado sujetando el
diario-
“Lunática Lovegood”.
— ¿De la
Ravenclaw rubia con pendientes raros, la que mira la nada cuando va por los
pasillos en plan saltimbanqui? -pregunto Zabini arqueando una ceja medio
incrédulo y a la vez a punto de estallar en una carcajada.
—Sí, creo
que me pareció verla revolotear por la biblioteca… Era ella la que estaba
sentada con San Potter.
— ¡Puff! Pues
a saber qué cosas hay ahí escritas… -en ese momento sí que se echó a reír a
gusto.
—Rarezas de
todo tipo.
—Lástima que
no lo puedas abrir…
—Sabiendo
que es de esa la loca se me quitan las ganas de abrirlo –espetó tirando el
diario en una mesilla cercana.
—Pues yo
creo que puedes sacar provecho de la situación de otra manera.
—Ya, se lo doy a Umbridge, me da otra medalla por mis logros, ella rebusca el diario para ver cosas de Potter y si encuentra algo le castiga. Inclusive, aunque no haya nada sobre Potter, puede llegar a enterarse de cosas de Hogwarts y otros alumnos para sus sanciones. Mientras yo me desentiendo -dijo mientras se acomodaba en el mullido sillón.
—Puedes hacer eso, sí... pero también puedes hacer otra cosa -empezó a decir Zabini con una mirada maléfica.

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