(NOTA) Los
personajes pertenecen a J.K.Rowling, las imágenes están sacadas de internet
Lo único de lo que soy dueña es de la historia, creada solamente para entretener a la gente que se pasa por Potterfics y que como a mi le encanta leer y/o escribir aventuras.
Lo único de lo que soy dueña es de la historia, creada solamente para entretener a la gente que se pasa por Potterfics y que como a mi le encanta leer y/o escribir aventuras.
Gracias
SECRETOS EN LA LUNA
Capítulo 1:
☆☆Un descuido.☆☆
Se
presentaba un sábado tedioso en Hogwarts, los alumnos se sentían presos en un
mar de aburrimiento. Entre las avalanchas de deberes de Umbridge y tantas
nuevas normas y decretos, estaban dejando de ver las cosas divertidas del
castillo, notaron muchísimo el cambio de dirección de la escuela. Anclados en
la rutina, sólo encontraban libertad en sus escasas salidas a Hogsmeade.
Esa tarde,
después de las clases, Luna Lovegood se dirigía hacia la biblioteca para hacer
los deberes del lunes y repasar un poco el examen de Historia de La Magia para
el martes. Mientras caminaba, se quedaba embobada observando algunas esquinas
de los anchos pasillos en busca de Nargles, tenía pensado ahuyentarlos
pacíficamente con su amuleto para que no hicieran más de las suyas en el
castillo. Al llegar a la biblioteca, observó que había mucha gente, dejó su
pesado y gran bolso naranja claro sobre la mesa y empezó a sacar un montón de
libros y pergaminos para hacer sus deberes.
Pasado un
rato, llegaron Harry, Ron y Hermione:
—Hola, Luna
–saludó el primero.
—Hola chicos
–dijo ella con su característica vocecita sin levantar demasiado la vista.
— ¿Podemos
sentarnos? Es que esta todo lleno.
—Claro
-respondió haciéndoles un hueco en la mesa para que se sentaran enfrente de
ella. Había dejado todo el espacio atestado de papeles, libros, plumas y unas
extrañas piedras de color amarillo y azul marino que llamaron la atención de
Hermione.
— ¿Para qué
pones esas gemas alrededor del libro? -le preguntó.
—Oh, bueno,
las amarillas son Citrinos, dicen que sirven para la concentración mental, la
resistencia y la autoestima. Y las azules son Lapislázulis, la piedra de la sabiduría
y el conocimiento. Estoy probando su efectividad, las uso cuando me siento algo
cansada de estudiar y con tantos exámenes últimamente las uso mucho…
— ¿Y te dan
resultado? –Preguntó el pelirrojo algo extrañado a la par que escéptico– Porque
si funcionan, yo voy a necesitar muchas para los exámenes de Umbridge.
—Bueno, el
caso es que aún no estoy completamente segura de que sirvan de algo -respondió
la rubia con una sonrisa.
—Con esos
malditos exámenes, cuestionarios y estas estúpidas clases no estamos
aprendiendo nada en realidad -exclamó Hermione sin molestarse en hablar con
disimulo del tema.
—A parte de
eso, sigues molesta porque Umbridge sólo te haya puesto un “Aceptable”,
¿verdad? -dijo Ron con una pequeña sonrisa intentando picarla.
— ¡Pues sí!
Es una ignorante –admitió la castaña enfurruñada.
Los chicos
se pusieron a estudiar tranquilamente junto a Luna. Harry observó que por la
biblioteca también estaban Malfoy y su séquito de matones, así que decidió no tocar
el tema de las acciones del Ejército de Dumbledore por si había espías rondando.
Al cabo de
un largo rato, Luna se disponía a irse y mientras recogía encontró algo en su
enorme bolso.
— ¡Vaya! Olvidé
darle este trabajo a la profesora McGonagall, mañana es el último día de
entrega, he de darme prisa.
—Vale, Luna.
No lo olvides, esta tarde a la misma hora, donde siempre -le recordó Harry en
susurro.
—Sí, nos
vemos –les dijo adiós con la mano y se marchó haciendo un poco de ruido.
—Siempre
está en las nubes… -comentó Ron.
—Se ha
dejado un libro -observó Hermione tomándolo en sus manos.
El libro era
más o menos mediano, estaba fina y elegantemente decorado, había un grabado en
el lomo con letras doradas que decía, “Diario
L.L.”.
— ¡Es su
diario secreto! -exclamó Ron tras examinarlo un momento.
«´¯·.¸¸
o .¸¸.·´¯»
«´¯·.¸¸
o .¸¸.·´¯»
— ¿Cómo lo
sabes? –Cuestionó Hermione- Es decir, que no tiene por qué ser precisamente
secreto. Puede ser una agenda.
—No sé,
intuición. Tiene sus iniciales y pone diario.
—Bueno, pues
luego se lo devolvemos –dijo Harry tranquilamente.
—Ya, pero…
-titubeó Ron un momento- puede tener cosas importantes sobre el E.D. y de
nosotros, ¿no os intriga un poco meteros en la cabeza de Lunática Lovegood?
— ¡Ronald! –Exclamó
Hermione enfadada, en tono de regañina- ¡¿Cómo se te puede pasar por la cabeza
violar la intimidad de Luna?! A ti no te gustaría que te hicieran lo mismo. Además,
es su diario y tiene todo el derecho de escribir lo que quiera. ¿Quién te dice
que haya escrito precisamente sobre ti? –preguntó arqueando una ceja.
—Hermione
tiene razón –señaló Harry más tranquilo que ella.
— ¡De
acuerdo, de acuerdo! Es cierto, perdón. ¿Pero, por qué no iba a escribir sobre
mí o sobre nosotros? A mi parecer, le resultamos bastante interesantes a esa
cabeza loca.
—Lo que haya
escrito nos tiene que dar igual, Ron –repuso Harry- Puede que sí o puede que
no… -posó sus ojos en el objeto- la verdad es que es algo intrigante… –se
encogió de hombros sintiendo un poco de pavor pensando en el contenido del
pequeño diario.
—Menos mal que
lo hemos encontrado nosotros -señaló Hermione.
—Sí, Luna
debería tener un poco más de cuidado. Debería haberle puesto un candado o algo
para que no lo abrieran fácilmente.
—Lo que yo
digo, siempre en las nubes –musitó Ron.
—Pues de eso
se ha encargado porque la tapa esta como pegada. Le habrá puesto algún hechizo
porque es imposible de abrir… -dijo de nuevo la castaña observando
detenidamente el diario.
— ¡Aaah! O sea
que, yo no puedo intentar abrirlo pero tú sí -exclamó Ron de nuevo-. Si lo hago
yo, es una violación de la intimidad hacía Lunática, y si lo abres tú, no,
¿verdad?
—Hablad más
bajo –les dijo Harry en susurro en un tono que denotaba cansancio.
— ¡Deja de
decir tonterías! Yo no intento leerlo, sólo es que me había parecido raro que
siendo algo tan personal lo tuviera tan desprotegido, pero he visto que no es así
-le respondió mirando Ron con muy mala cara.
Por supuesto
que no, Luna podría ser muy descuidada pero no era una ingenua, no en vano estaba en Ravenclaw.
—Bueno, pero
no me digáis que no os pica un poco la curiosidad… -siguió diciendo el
pelirrojo en voz baja- Podríamos descubrir por qué Luna actúa de una manera tan
rara a veces.
—Tú no
escuchas, ¿verdad? Te digo que es imposible abrir y que…
—Sería una
violación de la intimidad hacia Luna. -interrumpió de nuevo el curioso Weasley-
Que sí, que lo he entendido.
—Entonces
déjalo estar, Ron –sentenció Harry–. Será mejor que lo guardemos aquí –dijo
señalando su mochila.
Lo que
nuestro trío dorado no sabía era que había un par de ojos grises observando la
escena muy atentamente detrás de una estantería pegada a su mesa.
«Hmmm… Un diario de una de las amigas
más próximas a Potter… Esto puede interesarle a Umbridge» –pensaba Draco Malfoy fingiendo que
ojeaba un libro de pociones.
Después,
cuando los chicos Gryffindor estaban recogiendo para empezar a preparar la
clase del E.D., Malfoy, acompañado de sus matones, preparó un plan:
—Crabbe,
distrae a cara rajada y tú Goyle a los otros dos.
— ¡Eh,
Potter! –exclamaron ambos gorilas.
Los dos
grandullones Slytherins empezaron a molestar y armar escándalo haciendo a Harry
rabiar a la vez que llamaron la atención de la bibliotecaria. El aludido se
giró sin visualizar nada de lo que había en su mesa, al igual que Ron y
Hermione que salieron en su defensa. Mientras, el rubio estaba detrás de todo
el jaleo y la absurda pelea.
—Wingardium
Leviosa -susurró Draco detrás de la estantería haciendo levitar el diario de Luna
hasta posarse en sus manos. Aprovechando el jaleo armado por sus gorilas se
marcho sin ser visto de la biblioteca.


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